La directora del film, Karyn Kusama, tiene un escaso recorrido pero la producción ha comercializado convenientemente la idea de que Nicole Kidman hace el papel de su vida, que además, es feminista y, en consecuencia, empodera a la mujer. Lo del feminismo identitario, que en España está inundando hasta el telediario de Antena 3, me echaba para atrás pero pudo conmigo la curiosidad por averiguar hasta qué punto la australiana es convincente en un papel sórdido y de antiheroína que en nada tenga que ver con el glamour de sus habituales personajes.

El resultado no me ha satisfecho en absoluto. Aunque Kidman está bien y hace un buen trabajo, sin más, en su doble papel de joven y de madura, quiero señalar que, en su segunda caracterización, el exceso de maquillaje y la digitalización correspondiente convierten su expresión facial en una suerte de hieratismo del que lo que más se agradece es que desaparezcan los incipientes 'arreglos' que ya se vislumbraban últimamente en su rostro..

El vestuario de Kidman quiere contribuir a la decadencia física, adictiva y permanentemente depresiva del personaje pero lo hace hasta tal punto que condiciona enormemente el trabajo interpretativo de la actriz. Ya se sabe que tal tipo de excesos producen el efecto contrario. A ello contribuye también la predisposición de la realizadora hacia un cine que más que negro resulta sucio y contraproducentemente cutre.

Tampoco la saturación de flashback, en principio necesario debido al guión elaborado por Phil Hay y Matt Manfredi -seguro que con la colabración de Kusama, también guionista- permite mantener el ritmo y la vitalidad deseable en una historia más bien sencilla y nada novedosa a la que le sobra al menos media hora de metraje y perjudica un montaje que se resiente por ello. Hay incluso secuencias que no teniendo nada que decir, contribuyen a una monotonía de la que el espectador se resiente.

Correcta interpretación coral, cómplice banda sonora incorporada, buenas escenas de acción, fotografía intencionadamente obscura, buen movimiento de cámara. Las secuencias relativas a su vida familiar resultan un absoluto fiasco desde todo punto de vista.

Afortunadamente, la publicidad profeminista es absolutamente engañosa: el personaje no sólo está totalmente alejado de tal pretensión sino que más bien profundiza en el cultivo femenino de los deseos del macho macho. Lo cual no ha impedido que el título haya sido doblado al español con un añadido lamentable [Una mujer herida].

Tampoco creo que el doblaje de la voz de Kidman, en la versión española, contribuya al éxito de la película.

Nueva y convincente Nicole Kidman, pero poco más en un cine más sucio que negro [6 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2019/03/02/destroyer-una-mujer-herida-eeuu-2018-de-karyn-kusama