“Jericho” es una de las mejores series que he visto en los últimos años. No tengo ninguna duda al respecto y, además, incluso me atrevería a decir que es una de las mejores que he visto en mi vida. Puede que esto sea debido en parte a que la he visionado sin ningún tipo de expectativa y sin leer previamente críticas benevolentes que la ensalzaran. Posiblemente, si la hubiese visto leyendo antes maravillas sobre ella, entonces a lo mejor ya no me parecería para tanto. Así pues, no me quiero extender demasiado en alabarla para que luego no te resulte sobrevalorada. Únicamente te voy a decir que la veas sin prejuicios, sin esperarte el no va más, y ya verás como te engancha desde el minuto 1 hasta el final.

Lo primero que te atrae de esta serie es su interesantísimo punto de partida. Me parece genial eso de que los habitantes de un pequeño pueblo perdido de la mano de Dios sean testigos de la explosión de una bomba atómica en el horizonte y, además, tengan que sobrevivir a la hecatombe nuclear sin saber ni siquiera que ha pasado. Poco a poco, conforme avanza la historia, irán goteando pistas acerca de lo que ha pasado y el porqué (sobre todo de la mano del personaje de Robert Hawkins -Lennie James-, lo cual crea una intriga que te deja literalmente clavado en el sillón). Sí que es cierto que el grueso de los capítulos, sobre todo en la primera temporada, se centra en las interrelaciones de los personajes y en contarnos sus historias personales. No obstante, ahora pregunto: ¿en qué serie no hacen eso? No le veo justificación de ningún tipo a las críticas negativas basadas en este aspecto de la serie. De acuerdo que en muchos episodios se apartan de lo que se supone que debería de ser el meollo de la cuestión (el ataque nuclear, sus autores y el porqué), pero eso es algo que lo hacen todas las series habidas y por haber. Y dicho sea de paso, tampoco me parecen capítulos de relleno, sino una puesta en escena realista, emotiva y muy entretenida de cómo sería la vida tras un ataque nuclear (falta de agua y alimentos, escasez de combustible, problemas para tener electricidad, etc.)

Tengo muy pocas pegas que dar de “Jericho”: hay un capítulo que fue horrible, nefasto… me refiero a ese donde Ashley Scott “imagina” el día de su boda. Y la principal, en mi opinión, es la forma de ir cerrando tramas de un plumazo en los dos últimos capítulos (aunque si he de ser sincero tampoco lo hacen rematadamente mal dadas las circunstancias). En cambio, del resto de cosas de la serie sólo puedo hablar en positivo: buenos guiones, práctica ausencia de diálogos ñoños, efectos especiales más que decentes, escenas de acción bien rodadas, estupenda y muy bien hilvanada intriga, una Ashley Scott más bella que nunca, buenas actuaciones, magníficos personajes (en especial los que encarnan los actores Skeet Ulrich y Lennie James) y, por último, que la serie entretiene de lo lindo (algo que últimamente veo que está muy infravalorado).