Esta película podría ser una premonición de una catástrofe tipo escala planetaria. Si los guionistas han acertado de pleno en el año 1998 apostando por un presidente de los Estados Unidos negro, también podrían acertar con la existencia de un cometa en rumbo de colisión con la tierra. Gracias al descubrimiento por parte de un joven aficionado, las autoridades tienen conocimiento de la existencia de un gigantesco cometa que se aproxima al planeta y cuyo impacto será con toda seguridad apocalíptico. Inmediatamente se crea una nave para llegar al cometa y intentar detenerlo mediante bombas nucleares.
Se trata de un dramático film del genero catastrofista sideral. Es entretenido con imágenes espectaculares, pero también es triste, lacrimógeno y deprimente ya que puede dejar mal sabor de boca. Pero por encima y sobre todo está Morgan Freeman, con una seria y soberbia interpretación como presidente americano, dignifica la película y le da la credibilidad necesaria para tomarnos la cinta en plan serio.
Conclusión, drama de buen ver.