Suelo recordar con bastante acierto cuando vi una película o en su defecto, me aproximo bastante. Con Causa justa no me ocurre. Es cierto que ya la había visto, pero no sé cuando, ni donde. Lo mejor de todo, es que apenas recordaba nada de ella y es como si la viese por primera vez.

Algo que me llama terriblemente la atención es su nota tan floja, a mi me ha resultado un producto bastante interesante y entretenido, a pesar de que no ofrece nada nuevo al espectador, pero si tiene los ingredientes necesarios para disfrutar de un excelente plato.

La historia te engancha muy rápidamente, te suena a la típica película de los fines de semana con el chaval negro al que culpan de algo que dice no haber cometido. Por otro lado, aparece el personaje de Connery, Armstrong, el abogado retirado al cual acude la abuela del chaval como el que se agarra a un clavo ardiendo y le despierta la curiosidad y el compromiso por revisar su caso.

Esto lo lleva al lugar donde se produjeron los hechos, el asesinato de una niña blanca. Allí nos hará recordar otro tipo de pelis por el estilo, donde la ley son pocos efectivos y parecen que ellos tienen sus propias normas que son bastante diferentes a las del resto del país. Lo más curioso, es que el mandamás...es negro. Papel muy bien interpretado por el grandioso Laurence Fishburne como el sheriff Tanny.

Armstrong no será bien acogido por muchos parroquianos, ya que es no solo tocar un tema delicado en dicha comarca, sino abrir la posibilidad de poner en libertad al que ellos culparon hace ocho años atrás. La región donde se produjeron los hechos es como un personaje más que suma en la película, pueblo pequeño, donde todos se conocen, con unas lagunas solitarias donde se podría cometer cualquier asesinato y jamás encontrarían a la víctima y para colmo, con caimanes alrededor.

No me gustaría dejarme atrás a otro personaje que tiene vital importancia en el devenir de los acontecimientos, el asesino en serie Sullivan, magistralmente interpretado por el excelente Ed Harris, quien se disfraza del personaje y lo hace increíblemente real. Grandioso.

Y nota interesante, ver a una mocosa como Scarlett Johansson hacer sus primeros pinitos en la gran pantalla.

Ya advierto que es una película muy tramposa, de esas que gustan mucho al espectador porque no siempre es lo que parece.

Muy recomendable.