La historia no es nada del otro mundo comenzando por ahí, pero menos aún creible. No creo que exista ninguna mujer en el mundo que para adivinar si su marido le es fiel, no solo pague a una desconocida para que se le insinúe, sino que se quede a escuchar con toda clase de detalles, como se comporta este en los brazos de la otra.

Hasta la forma de encontrarse es muy forzada, todo el bar de citas lleno de mujeres de compañía, y precisamente te entran ganas de ir al lavabo, cuando aparece la chica. A la historia le falta tensión emocional, lo normal es que si descubres que tu pareja te engaña, pongas el grito en el cielo, te enfades, chilles, rompas cosas y le escupas en la cara si la situación lo requiere. Pero ¿ qué nos encontramos aquí ? Pues nada, me apoyo en un mueble y cuando él o ella entra, le pregunto: y bien... ¿ quién es ella ? ¡¡¡¡ por favor un poco de seriedad !!!! Eso que vemos en pantalla no existe.

Luego no sé a cuento de que el chaval no encaja a su madre, ni lo explican. Los personajes se quedan a medias, ella es hetero o lesbiana, o también le gusta la zoofilia, no lo sé. El un ligón empedernido, pero no le mete mano a ninguna. Y ya el personaje de Chloe me termina de descolocar. Trabaja por dinero o por amor, o le falta cariño. Y ya cuando se lía con todo miembro de la familia, es para mear y no echar gota.

Hay que decir que las dos chicas están muy bien, la Moore conserva un tipazo a su edad y Amanda dará mucho de que hablar.