Adaptación de la exitosa novela de Noah Gordon, con un aire a esas superproducciones épicas del Hollywood de los años 50.

Cuenta la historia de Rob Cole, siendo niño su madre muere de una enfermedad desconocida en ese tiempo (la Edad Media), sus hermanos más pequeños fueron entregados a diversas familias, por lo que Rob debe buscar refugio junto a un barbero y remedo de médico del pueblo.

Al crecer Rob aprende el oficio de su protector hasta que el hombre empieza a perder la vista por sufrir de cataratas, las cuales le son sanadas por un grupo de judíos que aprendieron medicina con un eminente médico en la lejana Persia, lugar hasta donde viajará hasta conseguir aprender e incluso desarrollar nuevos conocimientos de medicina.

Una producción europea con cierto gusto por el cine épico del Hollywood clásico, con un reparto que equilibra actores jóvenes con otros con mayor trayectoria (Stellan Skarsgård y Ben Kingsley), con una historia de un joven incansable y con hambre de conocimiento que cumple con creces con su objetivo de entretenimiento, sin embargo se queda corta en su discurso.

Y es que el guión no ahonda en la problemática que presenta, la más interesante del relato, respecto a las diferencias en cuanto a las religiones y creencias, sin embargo el relato se sostiene y mantiene el interés, a pesar de su larga duración.