En ‘Ted’, MacFarlane había logrado una comedia desprejuiciada y descarada, ahora probó acercar la comedia a uno de los géneros más respetados por cine hollywoodense, el western, pero ahora el resultado no fue el esperado.

Cuenta la historia de Albert (el mismo MacFarlane), un granjero que tras ser abandonado por su novia (Amanda Seyfried) que lo considera un cobarde, luego conocerá a una mujer recién llegada al pueblo (Charlize Theron), de quién se enamorará y que lo ayudará a sacar el coraje necesario.

MacFarlane nunca consigue el tono adecuado de su comedia insertada con calzador dentro del western, quedando la sensación de ser un largo sketch con actores, todos muy conocidos, caracterizados como en una fiesta temática de el viejo oeste, y nada más.

Y es que los recursos de los que se vale para buscar momentos cómicos son en realidad, burdos y escatológicos. Una seguidilla de personajes tirándose pedos, defecando y situaciones demasiado básicas como para sacar alguna risa.

Todos los elementos narrativos propios del western son ignorados por MacFarlane, ni siquiera llega a ser una parodia del género, pero también desconfía de su propio humor ya que tan sólo acumula chistes planos, muy anunciados y en algunos casos sobre explicados.

También se apoya bastante en el desfile de personalidades que conforman su elenco multiestelar, que incluye además a Liam Neeson, todos completamente desaprovechados.

Por más que se esfuercen en mostrar planos que emulan a otros de films clásicos de John Ford, homenajes a Volver al futuro y cameos de varias caras muy conocidas, la nueva película del comediante televisivo termina perdida entre tanta obviedad.