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España España · Sant Boi de LLobregat
Voto de el pasajero 9:
8
Thriller. Acción. Comedia Mariano es un psicoanalista que, a raíz de un accidente de tráfico, es condenado a realizar trabajos comunitarios relacionados con su profesión. La tarea que el juez le asigna es la de atender a Alfredo, un inspector de la Policía Federal anímicamente devastado por la infidelidad de su mujer. Mariano tendrá que improvisar sus sesiones de psicoanálisis mientras acompaña a Alfredo en sus investigaciones. Casi sin darse cuenta, se irá ... [+]
8 de junio de 2006
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
De tantas buddy movies que se han visto en estos tiempos (y el 99 % yankis), me congratulo en decir que ésta me sorprendió, al margen de la publicidad que ha tenido como la mejor comedia argentina de los últimos tiempos, que ya sabemos que del marketing también ha de vivir el distribuidor. Pues si, me sorprendió, ya de por sí, el tipo de personajes, un psicoanalista que, más bien, habla como una cotorra y un inspector de policía reservado y dicho sea de paso, deprimido porque pilló a su mujer con otro.

Como comparación con otra buddy movie nos podríamos encontrar con ‘Arma letal’ y su tres secuaces, con dos polis totalmente histriónicos con cien mil aventuras y con diálogos entretenidos, o las más recientes ‘Dos policías rebeldes’ con Martin Lawrence y Will Smith, pero ya estamos hablando de acción pura con toques de comedia yanki.
En este caso, un psicoanalista, interpretado por Diego Peretti, ha de llevar por el camino correcto al dicho inspector (Luis Luque), es decir, coche en carretera y mirar que trabaje concentrado.
Pues no, mis queridos compañeros cinéfilos, no nos encontramos ante gags repetitivos y encadenados ni ninguna comedieta vulgar tipo lárgate de mi coche maldito loquero que mi vida la controlo yo. El guionista y director Damian Szifron nos ofrece unos diálogos inteligentes, soberbios, cómo lleva esa falsita inocencia el personaje Alfredo Díaz (Luis Luque) dispuesto a escuchar con grandísima paciencia al licenciado Silverstein (grande Diego Peretti) patrullando por las calles de Buenos Aires. Imposible olvidar la escena de la cena en casa del psicoanalista, donde ahí empieza un punto de gira en el film.
Las secuencias se van encadenando y te encariñas con los personajes, te ríes con ellos, no sólo un pérfido movimiento de labios, pero la carcajada en algún gag está asegurada.

Naturalmente, aquí los malos malosos son los superiores del ramo, aquí muy inteligentemente Damian Szifron denuncia la mafia y corrupción que se mueve por las altas esferas policíacas, hasta llegar justo al Centro de Inteligencia. Y es justo, en este lugar, donde empieza la verdadera acción, comienza queridos cinéfilos, el tiempo de convertirse en valientes, el tiempo de afrontar la injusticia ante el secuestro de su compañero, el tiempo de luchar contra esta corrupción caiga quien caiga. Diego Peretti nos regala una serie de gags dignas del mismo Inspector Clouseau de Peter Sellers.

Aquí, por mi parte, la peli cojea algo con escenas imposibles pero muy graciosas, o casi que hubiera recortado alguna escena del rescate que se alarga un poco.
Diego Peretti, en buena racha cinéfila después de su ‘No sos vos, soy yo’ y que le siga durando, un buen actor.

El 9º pasajero
el pasajero 9
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