Me redimo escribiendo esta crítica, pues la anterior era demasiado breve y esta magnífica historia, se merece algunas líneas más.
La he visto ya numerosas veces, la he recomendado a sabiendas de que me dirían "flipao", "uf, chinos voladores, no" y todo eso, recuerdo sus poéticos diálogos y escucho su gran banda sonora.
Es ésta una hermosa historia de amor y sentimiento, es poética y veraz, no es en absoluto maníquea.
Es amor que se respira y siente a traves de su fotografía, que se introduce en los oídos y te remueve el corazón a traves de su banda sonora, tal y cómo dice Yimou en el cómo se hizo: "la música debe contar lo que les sucede cuando el director no puede hacerlo de otra forma".
Es amor que te implica, un amor contenido pero patente, un amor que se palpa sin decir te quiero, pues no hace falta. Es un amor distante que tu sientes, sabiendo que és todo fingido, que esa historia no es real, que esos jóvenes son actores...
Lo demás poco importa ya, es su amor lo que perdura, sus bellas imágenes van quedando sepultadas y sus coreografías ya están casi olvidadas... y su trama de intriga, engaños, secretos, trampas dentro de otra trampa... ¿De verdad le importan a alguién?, esa parte es ingeniosa, sí, pero está bastante liada. Hay veces que no se sabe si tal cosa la saben todos o es secreta, y tal y cual... Pero da igual, eso no és el auténtico inquilino de la Casa de las Dagas Voladoras, es un invitado, sirve para animar un poco la cosa y darle más movimiento.
Realmente, el auténtico habitante de ésta casa de extraño nombre, se llama Amor (en mayúscula, cómo el dios griego).
Y para terminar cómo en mi primera crítica, reitero: Película muy buena, pero sobre todo, muy humana.
Curiosidades en el Spoiler.