Clutter (Michael Caine) era el antiguo maestro de dos aventajados discípulos de distinta extracción social; Alfred Borden (C. Bale) era el obrero y Robert Angier (H. Jackman) era el noble sibarita.

En el comienzo de la película Clutter alecciona a la pequeña vástaga de Borden sobre las tres partes del espectáculo de magia antes aludidas.

La imagen de la espectacular puesta en escena del número de magia original de Alfred Borden, a la sazón El Profesor, y denominado "El hombre transportado", deja a todos estupefactos pues francamente sólo la puesta en escena mejoraba el original.

Y es que la obstinación de Borden por la originalidad es reemplazada en su rival Robert Angier a la sazón "El Gran Dantón", por su obsesión por la puesta en escena.

...De repente y en mitad del número una trampilla deja caer a Angier al fondo de una cubeta de agua para números de escapismo.

La presencia en el lugar de los hechos deja a Borden como principal sospechoso por lo que es condenado a espera de un juicio sumarísimo que le puede llevar al cadalso y a la horca.

El origen de todo se empieza a narrar a través de la lectura de los diarios de cada uno, así Borden comienza a leer el de Angier mientras está en prisión.

De esta forma se narran los orígenes cuando ambos trabajaban a las órdenes de Clutter en números de escapismo en trampillas de agua con la mujer de Angier, Julia (Piper Perabo), haciendo de conejillo de indias mientras los dos magos le ataban de pies y manos.

Pero en una ocasión, un fatídico nudo de Borden en las muñecas de Julia acaba en tragedia.

A partir de entonces ambos magos comienzan toda una carrera de sabotajes de sus respectivos espectáculos que terminan con la venganza de Angier sobre Borden al seccionarle los dedos de una mano.

Pero Borden obsesionado por perfeccionar los repetitivos juegos de ilusión, inventa un nuevo número al que bautiza como "El Hombre transportado" consistente en hacer desaparecer a un hombre que entra por una puerta simulada y reaparece de forma inverosímil por otra más lejana y también simulada.

Angier obsesionado aún con la muerte de su mujer y carcomido por el reciente éxito del numerito de Borden, intenta mejorarlo recurriendo para ello al científico Nikola Tesla (D. Bowie), quien a través de un sofosticado y extravagante "aparatito" de rayos eléctricos en franca competencia con los hombres de Thomas Alba Edison, consigue repetir el numerito con una pequeña particularidad que al final de la película se aclarará.

Pues finalmente se descubre, una vez se cree a ambos magos muertos, que "resucitaron" por el azaroso resultado de sus trucos finales; en el caso de Borden por el uso de un hermano gemelo secreto, algo tan obvio para el propio Angier que por ello lo desesetimó siquiera como hipótesis de partida, y en el caso de Angier por la fortuna de que el hombre duplicado en la trampilla de agua no fuera él mismo sino el prestigio o clon desplazado por la máquina de Tesla.