Después de la española "La semana del asesino" (1972) completamos la sesión cinematográfica nocturna con la italiana "Giallo", otra de asesinos en serie, aunque me temo que peor que la primera. Lo que no sabía es que el título, "amarillo" en la lengua transalpina, además de hacer referencia al psicho-killer de la película, al que se le acaba conociendo por este nombre, es además otro guiño al "giallo", subgénero completamente desconocido para mí, en el que se mezcla el cine de terror y el thriller, al parecer casi exclusivamente italiano, aunque también hay españolas, y de los años 70, que se inspira en una serie de novelas con las tapas de este color.

Pues aunque no tiene mala pinta el giallo original, la autoversión moderna que realiza Dario Argento es bastante floja. Hay algo que falla en este acercamiento, aunque no sé exactamente qué, si es por lo manido de la trama, lo acartonado de los personajes o lo ridículo que acaba viéndose, el asesino, los recuerdos, alguna que otra escena grotesca. A Argento no le salva ni un reparto lleno de caras famosas, encabezado por Adrien Brody, bastante desganado, Emmanuelle Seigner, que se la ve atractiva, y Elsa Pataky, que se pasa más tiempo en horizontal y maniatada, que en vertical. Aunque no es tan mala sí que hay que añadirle también un final horrible.