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Voto de Reaccionario:
5
Comedia. Romance. Fantástico Jonathan Switcher es el dependiente del departamento de unos grandes almacenes que un día descubre que una de sus maniquíes es una mujer del antiguo egipto que ha cobrado vida. Este hecho se convierte para él en motivo de inspiración para el diseño de los escaparates del negocio. Por otra parte, unos rivales del gremio pretenderán acabar con él con malas artes. (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2016
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Como nos cantaban los Golpes Bajos, ya que estamos en los ochenta. En cualquier caso, el otro día en mi casa salió el debate de cómo había evolucionado la comedia romántica a lo largo de los años, es un género que recoge bien los "avances" sociales y los cambios de mentalidad, hasta llegar al siglo XXI donde buena parte de ellas son horripilantes o idiotas o ambas cosas, lo cual no quita que en otras décadas pasadas también pudieras encontrarlas así. Sin ir más lejos, "Los búfalos de Durham" (1988), que es la que motivó la discusión. Sea como fuere, me propuse estudiar cómo se abordaba este género en otras épocas, especialmente en los 70, 80 y 90, es decir, cuando aún se daba la batalla a las ideas estrictamente modernas, y mira por donde me topé con "Maniquí", uno de los éxitos de esa época. Viéndola se pueden sacar varias conclusiones: la primera es que lo habitual es darle el protagonismo o co protagonismo al pseudopardillo cuando ahora se le da al pringado redomado. Es decir, el psuedopardillo es un chico interesante pero que por algún motivo no tiene el éxito que en realidad merece. Es decir, que es un tío guay. Otro dato es que la chica desarrolla un rol bastante pasivo, incluso sexista. Es evidente el paralelismo que se establece entre muñeca-mujer y, oh casualidad, la mala o antagonista es una moderna ejecutiva.

La película es tanto comedia romántica como fantástica, con un punto adolescente. Lo cierto es que empieza de un modo algo balbuceante pero una vez le coges el pie te permite pasar un buen rato. Personajes estereotipados y simpáticos, varias situaciones graciosas, la presencia de los perritos "Rambo" y "Terminator", una pareja protagonista atractiva interpretada por Andrew McCarthy y Kim Cattrall, le dan vida a "Maniquí". No se me olvida el temazo principal de la banda sonora, el "Nothing's gonna stop us now" de Starship, que estuvo nominado al Oscar pero que perdió ante la canción principal de "Dirty Dancing" (1987), otra que tal baila, nunca mejor dicho, aunque yo prefiero claramente la de Starship. Y por supuesto, la idea principal, es decir, la de "lo que sea", este caso un maniquí, que cobra vida cuando está a solas con una persona determinada, que me parece bastante romántica y con mucho recorrido, aunque aquí no se aproveche del todo. En el lado negativo, Michael Gottlieb nunca arriesga en su planteamiento, podría haberle dado más juego a algunos secundarios, hay algunos giros exagerados o poco creíbles y la explicación del "milagro egipcio" no hay quien la entienda porque ni se explica. Con todo, es una comedia agradable y con un aire ochentero evidente, que puede hacer las delicias de los amantes de esta década.
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