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Voto de Reaccionario:
5
Intriga Una familia americana, compuesta por el doctor Ben MacKenna (James Stewart), su mujer (Doris Day) y su hijo Hank, está pasando unas vacaciones en Marruecos. Tras la muerte de un espía en brazos de Ben, mientras visitaban el mercado de Marrakech, el matrimonio descubre que su hijo ha sido secuestrado. Sin saber en quién confiar, los MacKenna se ven envueltos en una angustiosa pesadilla que tiene que ver con una operación de espionaje internacional. (FILMAFFINITY) [+]
15 de diciembre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque se trata de un remake de la original de 1934 confieso que no encontré apenas relación con la nueva versión de 1956, salvo cierta secuencia en la capilla. Seguramente se debe a que no recordaba bien la primera porque luego repasando la trama, si hay unas cuantas cosas que coinciden. Sea como fuere, la que estamos comentando supera por varios cuerpos al despropósito tan divertido que rodara el mismo Alfred Hitchcock 22 años atrás, lo cual no era nada difícil. Aún así, tampoco es que con esta película nos encontremos con una obra maestra, ni con un trabajo especialmente interesante. Se deja ver, la intriga es convincente y la angustia de los MacKenna aguanta hasta el final. Sin embargo el argumento está lastrado por unos malos, un malo, para precisar más, que tiene un comportamiento que demuestra que lo del "hombre que sabía demasiado" no va por él. Es que no puede ser más tonto. Y si no, observad como pasa olímpicamente de la valiosísima información que el doctor Ben (James Stewart) anota en una libreta.

Claro que no creo que sea culpa del malo en si, si no de la torpeza de Hitchcock a la hora de resolver ciertas situaciones. De hecho, a medida que pasan los minutos te parece cada vez más ilógico lo que va sucediendo, con llamadas de teléfono que no deberían cogerse, malos que dejan vivir inexplicablemente a un Ben que deberían haber intentado asesinar desde el principio, los MacKenna completamente a su aire hablando con Scotland Yard si hace falta, los malos pasando de ellos como si les importara un rábano lo que saben, escenas completamente surrealistas como que la tiene lugar con los taxidermistas o un final casi a la altura en cuanto a chapucero a "La ventana indiscreta", incluyendo aquí a un matrimonio al que parece que le da igual lo que pueda pasarle a su hijo. Eso sí, la famosa secuencia en el Royal Albert Hall no está mal por más que te se haga eterna con tanta música. Y hablando de música, la famosa canción de "Qué será, será" no es que sea muy de mi agrado precisamente aunque Doris Day la canta con bastante gracia.

Y hablando de Doris Day, está estupenda e incluso James Stewart no me resulta tan insoportable como en otras ocasiones, por más que siga sin estar a la altura de la rubia de turno, que sin llegar a la perfección de Grace Kelly, le supera ampliamente por su belleza, personalidad, inteligencia (ella se entera y es la que lo resuelve todo) y estatus, pues Jo es una cantante conocida en medio mundo y él un modesto doctor rural. Dejando al margen el enigmático modo mediante el cual la habrá conquistado, hay un momento en el que Jo le sugiere que deberían vivir en Nueva York y de ese modo poder seguir actuando, pero no, a él de su pueblo de Indiana, no lo saca nadie y si ella tiene que renunciar a su carrera, pues que la parta un rayo. Siguiendo con lo mismo, alguno comenta que Jo representa a la mujer feminista y que por eso no cuajó como "chica Hitchock", sin darse cuenta de que éste símbolo del conservadurismo americano de los 50 no es feminista sino femenina, cosa que por lo que se ve, muchos siguen sin saber distinguir.
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