Ayer le di un varapalo general a los héroes del cómic del que libré al bueno de Peter Parker y su "Spiderman". Batman es otro que habría que sacar de la quema, al menos en sus primeras apariciones en pantalla de la mano de Tim Burton, en 1989 y 1992. Por que las de Christopher Nolan son tan petulantes como malas. Obviamente, ni la original "Batman", ni esta "Batman vuelve" son para echar cohetes. Se trata de entretenimiento fugaz y ligero, con más fallos que aciertos. Aún así es tan irrelevante la propuesta y hay tantas concesiones al espectador que es difícil no pasar un rato entretenido. Claro que si no eres ya una fan entusiasta del enmascarado imitador del murciélago, ávido lector de sus cómics, no veo que te vayas a entusiasmar mínimamente con esta película.

Peor que larga, pues dura 130 minutos, es lo caótica que resulta con tanto personaje y tanta trama. Encima no hay un villano claramente definido, ni un hilo argumental preciso, ni siquiera sabemos con certeza quién es el bueno y cuál no lo es, cosa esta última que a alguno le parecerá bien. El argumento va de un lado para otro dando protagonismo ahora a uno o a otro, salvo quizás a Batman (Michael Keaton), que como pasa en la primera, tiene poco peso. Más interés tienen El Pingüino (gran actuación de Danny DeVito) y Catwoman (Michelle Pfeiffer en traje de cuero, cuidado), y sobre todo, la psicología de los personajes. Al final trabajo aceptable si además contamos con el sello estético de Tim Burton. Por último, ¿pero qué demonios habéis hecho con la Princesa del Hielo? (SPOILER).