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Voto de Reaccionario:
5
Ciencia ficción. Drama En la primera década del nuevo milenio, con avances tecnológicos que engullen la soberanía de la compasión humana, Richard Martin (Sam Neill) compra un regalo, un nuevo robot NDR-114. El hijo más pequeño de la familia le pone de nombre Andrew (Robin Williams). Andrew es adquirido como electrodoméstico casero programado para realizar tareas menores. A medida que Andrew empieza a experimentar emociones y pensamiento creativo, la familia ... [+]
3 de julio de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El universo de la humanidad cibernética, tantas veces retratado, invita extrañamente a una sensibilidad que parece impropia de esos seres de metal. Chris Columbus adapta el relato homónimo de Isac Asimov así como su novela "El hombre positrónico" junto a Robert Silverberg para fundirlos en una película que combina el drama con la ciencia ficción, el género infantil y la comedia romántica. El conjunto queda algo descompensado. Tiene ráfagas de buen cine porque detrás hay un buen director pero también resulta demasiado exagerada en su constante humanización, incluso violando las tres famosas leyes de la robótica (SPOILER). Es verdad que hay algo épico en Andrew (Robin Williams) y la familia Martin, especialmente por el paso del tiempo, como afecta a las personas pero no a él. De todos, aunque la obra toca varios temas profundos lo hace de forma acomodaticia, mientras olvida otros. Parece mentira que en doscientos años Andrew no se pregunte nada sobre las grandes cuestiones de la vida: ¿Qué hay después de la muerte?, ¿De dónde venimos?, ¿existe Dios?, ¿Y el alma?

Me temo que la insistente voluntad del protagonista por querer ser humano se debe a la manía de la igualdad que padecemos. La dignidad de las cosas o los seres no reside en que sean humanos sino en que sean lo que son. Los cuentos están llenos de figuras mágicas, como caballos parlantes, con capacidad de raciocinio, incluso alma, pero eso no les convierte en seres humanos. Su inteligencia no les disculpa de su animalidad como tampoco el que una persona se encuentre en estado vegetativo no lo convierte en una planta. Por otro lado, la apología a la libertad, aunque sea de mentirijilla, merece otra aclaración. Dicen que se han librado guerras y han muerto millones de personas por esta idea pero no dicen que la inmensa mayoría de los asesinos pertenecen precisamente a los defensores de la libertad. La libertad o libre albedrío es consustancial al ser humano, pues siempre puede escoger, pero una cosa es tener capacidad para X y otra que los gobiernos deban tolerar sin cortapisas esas capacidades o que sean su fundamento. La libertad en política suscita desastres y crímenes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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