El terror de los cacos, sobre todo sin son tan cenutrios como estos dos, llega por error a Nueva York, mientras su familia se dirige a Florida para pasar las vacaciones navideñas. O dicho de otro modo, el esperado regreso de ese clásico moderno infantil que es pese a quien le pese "Sólo en casa" (1990). Original y segunda parte se mueven bajo el mismo esquema, misma batuta de Chris Columbus, un director muy comercial pero poco recocido, de hecho es imposible encontrar un trabajo malo suyo mientras que cuenta con unos cuantos títulos buenos o al menos aceptables, e idénticos protagonistas, encabezados por Macaulay Culkin y terminando por su hermano en la vida real, Kieran Culkin, pero en esta ocasión, tan sólo primo.

El caso es que lo único que prácticamente cambia es la casa familiar que aquí se convierte en la ciudad que nunca duerme. Si algo funciona no hay por qué cambiarlo pero también es verdad que en ocasiones se ve como un forzado plagio de la genuina sin que el guión se separa ni un milímetro de lo que vimos entonces. De todos modos, entretenimiento familiar del bueno adornado con una cálida banda sonora, ideal para ver en navidades, con sus partes tronchantes de porrazos tipo "El Coyote y el Correcaminos", pero con otras más tiernas, incluso profundas, como esa conversación en el desván del teatro. Notorio éxito comercial al ser la tercera más taquillera del mundo en 1992 pero por debajo de la uno, que fue la número dos.