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España España · málaga
Voto de nachete:
5
Thriller. Intriga. Terror Brad y Abby Cairn, aparentemente los padres perfectos, están celebrando el nacimiento de su segundo retoño, Lily. Su primer hijo, Joshua, no es un niño corriente. Tiene una inteligencia excepcional y una precocidad que asusta. Es un ángel de buena educación y demuestra una tranquila serenidad que desdice con sus pocos años. Y ahora, parece cada vez más infeliz con su nueva vida, en la que sus padres adoran a Lily mientras que él, ... [+]
27 de agosto de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que con La profecía (algo que he leído mucho por aquí), Joshua está emparentada con El buen hijo, thriller tirando a convencional de Joseph Ruben. La diferencia la marca el enfoque de Ratliff, una apuesta por la sobriedad y el hiperrealismo que funciona, en última instancia, como desconcertante cortina de humo: la distinción, en otras palabras, nace de las formas, no del contenido. De ahí que la sensación que prevalece cuando terminamos de verla sea amarga, de oportunidad perdida.

Joshua narra la historia de un niño que decide buscar un orden familiar ideal a través del caos, siguiendo el modelo del dios egipcio Seth. Una estrategia complejísima cuyo objetivo último será ocultado al espectador hasta el mismo desenlace, momento en el que la película se explica a sí misma (de forma un tanto burda) a través de un instante musical digamos, ejem, cuestionable. Es entonces cuando la premisa de la película se hunde bajo el peso de la inverosimilitud, cuando su traca final de excesos se descubre sostenida sobre una complicada y cerebral telaraña de perversidad que cuesta adjudicar a un chaval de apenas 10 años, por mucho cociente intelectual que tenga.

Así, las virtudes del conjunto (un clima muy enrarecido, detalles inquietantes que rehuyen la obviedad, ajustadas interpretaciones...) se diluyen ante la aparatosidad conceptual de una cinta que quiere ser lo que no es, un estudio sobre las sombras de la comunicación afectiva paterno-filial y sobre el despertar, racional, a un mundo adulto donde la manipulación psicológica, la religión y la sugestión mental centran un discurso tan fascinante como terrorífico (conectando, de paso, con el debut de su director, Hell House).

El resultado es algo así como El otro (la amenaza cerniéndose sobre el bebé) sin el componente gótico, o como jugar con el reverso tenebroso de Carlos Blanco sin otra finalidad que la de aportar otra improbable peli con niño diabólico en su centro dispuesta a hacernos pasar un mal rato. Al menos esta acomete el reto armándose de elegancia, nervio y cierto sello autoral.

Lo mejor: una medida progresión dramática...
Lo peor: ...que acaba decantando la balanza del lado de la exageración, de la ausencia de credibilidad.
nachete
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