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España España · málaga
Voto de nachete:
6
Aventuras. Ciencia ficción. Fantástico Durante la Primera Guerra Mundial, un submarino que lleva prisioneros de guerra cambia el rumbo repentinamente, lo que provoca que se pierda en el mar. La nave termina recalando en una desconocida isla en el Antártico, que parece deshabitada. Lo que nadie sospecha es que allí se esconde un mundo perdido, lleno de seres extinguidos en el resto del planeta y que suponen una verdadera amenaza para la supervivencia de los humanos. (FILMAFFINITY) [+]
4 de agosto de 2007
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué grande era Kevin Connor! Con cuatro perras te hacía unas películas de aventuras entrañables y llenas de encanto. La crítica no lo tiene en cuenta, menos ahora que lo han relegado al ámbito televisivo en producciones mediocres indignas de su talento, pero eso tampoco le viene mal, porque lo acerca más estrechamente a aquellos que realmente valoran su obra, todos esos espectadores de espíritu joven que disfrutan visitando lugares exóticos y criaturas imposibles de la mano de este sabio modesto de la serie B. Aunque su primera incursión cinematográfica fue una pequeñez terrorífica titulada Cuentos de ultratumba, la primera piedra de su singular corpus autoral la conforma esta deliciosa cinta, que supone también su primera adaptación de un texto de Edgar R. Burroughs y su primer encuentro con quien será desde entonces su actor fetiche, Doug McClure. La historia es un clásico del cine con dinosaurios: un variopinto colectivo humano se extravía en tierra desconocida que resultará ser un oasis prehistórico poblado de saurios voraces y salvajes hombres primitivos (nada que no se haya contado ya desde los tiempo de la fundamental The Lost World, de Harry Hoyt). La gracia está en la elección de los personajes, nazis por un lado y aliados británicos por otro, unidos todos por cojones cuando el submarino en el que viajaban se queda sin combustible viéndose obligado a parar en una misteriosa región del Ártico.

Antes de eso, Connor se ha entretenido en un interesante prólogo naútico que le sirve para perfilar los caracteres de sus principales protagonistas. Y a partir de ahí, lo que todos esperamos: un festival de brillantes decorados (una de las pocas veces en que las maquetas aplicadas al paisaje y los entornos naturales resultan creíbles), una estupenda fotografía de Alan Hume y unos efectos especiales artesanales de irregular efectividad (correctos cuando enfocan a los dinosaurios en su individualidad y muy deficientes cuando estos interactúan con los personajes de carne y hueso, caso de los ridículos pterodáctilos). Esto lleva a hacerse la pregunta de siempre: ¿qué hubiera sido de Connor si le hubieran fiado alguna vez un presupuesto en condiciones para filmar sus fantásticas producciones? Porque está claro que talento tiene, sólo hay que observar lo bien que coloca la cámara cuando dirige a los grupos de hombres prehistóricos. Otro acierto del film viene dado por el guión de James Cawthorn y Michael Moorcock, un hábil libreto que aglutina las constantes del género pero añadiéndole unas dosis de violencia insólita en producciones así y, sobre todo, un final que se sale de la norma con inteligencia abriendo espacio a una posible secuela (que se hará); es decir, llevando su historia a las últimas consecuencias, con acierto y valentía.

Lo mejor: su esprit d'aventure.
Lo peor: algunos efectos especiales cantan una barbaridad.
nachete
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