Kevin Costner dirigió aquí un digno film del género western, con un buen guión y una fotografía estupenda. Es un western al estilo clásico del malvado mandamás de un pequeño pueblo que quiere desgraciar la vida de unos vaqueros que no le han hecho ningún daño, y cómo éstos le plantan pecho a la dificultad y al malvado; además con una hermosísima historia de amor entremedio (lo mejor de la película) entre una mujer y un hombre maduros que intuyen que su atracción puede ser la primera y última oportunidad de verdadero amor en sus vidas. También hay que resaltar lo bien logradas que quedan las escenas de vaqueros actuando bajo un ambiente lluvioso. El final, es un final de 14.