Diseccionemos a un ser humano,
una vida humana,
un hombre normal y corriente, mundano.
Ese hombre se levanta,
y va a trabajar como todos los días,
sin mente pero con ritmo.

Cortando el pelo de conocidos y desconocidos,
poniendo sus barbas a remojar.
Ese hombre con el gesto extraño,
ni triste, ni enfadado,
ni alegre, ni jovial.
Con un cigarro en las manos,
parece siempre pensativo.

Ese hombre tiene una mujer,
siempre con aire altivo.
Pero esa mujer esconde secretos,
como todas las mujeres, no son vendidos.

¿Y ese hombre?,
¿tendrá también secretos?.
Seguro que si.
¿Pero como saberlos?,
¿Acaso ese hombre es más interesante,
de lo que pudiera parecer a simple vista?,
¿podremos verlos?.
¿podemos vernos reflejados,
en sus pensamientos más profundos?,
¿en su comportamiento rutinario, en su vida?.

Los Coen nos introducen,
en la mente de este vecino,
de este peluquero, de este hombre,
de este hombre anodino.
Que vale mas por lo que calla,
que por lo que otorga.
Billy Bob Thornton se pone en su piel y lo borda.
y la piel se muestra con esa voz en off.