Desierto viene a ser una mirada hacia la emigración de mexicanos a los Estados Unidos un poco destartalada y sí, hay que aceptarlo, diferente. Cuaron (obviamente hijo del famoso Alfonso) busca que Desierto sea una entrega de acción que no se detiene a nada, es el clásico y ya visto muchas veces, el gato contra el ratón. Aquí el gato es un Jeffrey Dean Morgan que para mí lo que hace es un personaje muy estereotipado y los ratones decenas de mexicanos corriendo por el desierto salvando su vida. Ya se pueden imaginar. Y es que en eso es lo que no me calza la película de una forma concisa, en la absoluta falta de desarrollo de sus personajes, no conocemos los motivos, solo estamos en un matadero. Es cierto que ya hay versiones abundantes en la región sobre la emigración que lo han hecho bien como la Jaula de oro o Sin Nombre, estas con una profundidad más humana e interesante de sus personajes, y que Desierto parece querer alejarse de eso, pero no estoy seguro que su extremismo sea parte de un entretenimiento seguro, no jugando con un tema tan delicado. En el apartado técnico poco aporta, lo que muestra lo hace bien. Desierto es un filme muy superficial, no sé si quiera si me sentaría otra vez a verlo, su pecado parece ser ese, el de entretener sin detenerse a nada, ni siquiera a ser veraz.