Ganadora de la Palma de Oro de 1997. El cine de Kiarostsmi es simplista, muy natural y enfocado en cuestiones literales, El sabor de las cerezas es una obra que recalca el sabor de la vida, y la fe de que las situaciones tienen que mejorar, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo soporte. El filme se nota de bajo presupuesto, pero bien enfocado en las actuaciones y diálogos brillantes, hay una belleza extraña y minimalista en el filme, manejando cuestiones metafóricas que cada espectador debe valorar, el filme también es un repaso de personajes de la clásica ciudad Teherán por lo que cada personaje tiene algo que decir con respecto al extraño objetivo del personaje central, un filme pausado, pero que llena simbolismos la vida misma, abriendo el universo hacia mas posibilidades y verdades.