Tengo que reconocer que esta película me tuvo durante una hora y pico pegado a la silla aterrado y sin dar crédito a lo que veía.

La historia es terrible. Y lo es en todas sus acepciones, la historia del niño es terrorífica, el de la madre tremenda, lo de los policías deplorable, lo del psicópata para poner los pelos de punta. Clint quiere que te sientas mal y vamos que lo consigue, con una primera hora de cine auténticamente memorable.

Para colmo los secundarios están fantásticos, no tiene desperdicio ni una sola de las apariciones de Malkovich haciendo el papel de pastor presbiteriano, el capitán de policía hace una labor de cabronazo encomiable, al cínico psiquiatra le llegas a coger auténtica tirria, y no digamos nada del psicópata, papelazo de primer nivel el suyo.

De morritos Jolie, no quiero hablar mucho, posiblemente la den un inmerecido oscar, pues para mi es lo más flojito de la película por diferencia. Una cosa es estar triste, llorar, patalear, y cualquier otra cosa, y otra muy diferente es transmitir emociones, cosa que casi nunca consigue. Berrear se la da bien, exagerar, muchísimo mejor, pero cuando una actriz a la que se le da el papel de su vida no transmite nada, malo, malo.

Basa todo la actriz en la carita de pena y en echarse las manos a la cabeza constantemente, y eso es claramente insuficiente.

A la peli le bajo la puntuación por los últimos treinta o cuarenta minutos, muy por debajo del resto. El director te da un respiro, y es un respiro mediocre, una forma de terminar dando cierta esperanza en todos los aspectos, lo cual va reñido con la terrible dureza del resto del film. Si no fuera por esta media hora, en la que parece otra película, la clavaría un diez sin lugar a dudas.

No hay que perdérsela, buena película.