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Voto de claquetabitacora:
10
1953
7,1
33.833
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil
Wendy y sus hermanos vivirán fantásticas aventuras cuando Peter Pan, el héroe de sus cuentos, les guía hacia el mágico mundo de Nunca Jamás junto a su inseparable Campanilla. En su viaje a “la segunda estrella a la derecha”, conocerán la guarida secreta de Peter y a los traviesos Niños Perdidos y tendrán que enfrentarse con el famoso Capitán Garfio y sus piratas. (FILMAFFINITY)
13 de setiembre de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una película que represente, encierre y profundice en el mundo de los adultos que no desean desprenderse de su infancia y que a la postre son niños grandes esa es “Peter Pan”. Sin ir más lejos Walt Disney en persona era un caso concreto. El mundo creado gracias a su inabarcable imaginación no podía encerrar más ese deseo de no crecer y gracias a los beneficios conseguidos con sus películas podía seguir dando rienda suelta a todo lo que un niño desearía disfrutar y vivir. Como bien dice una frase en la película, Peter Pan es el símbolo de la niñez. El infante que no desea crecer, que no desea convertirse en un adulto pues el mundo de los mayores es un mundo gris, rutinario, sin colores, sin vida, sin aventuras que disfrutar pero sobre todo y ante todo sin normas que cumplir [...].
Se decidieron cambiar ciertos episodios fundamentales de la obra literaria al igual que se eliminaron otros tantos como aquellos donde Campanilla revive gracias a los aplausos por creer en las hadas o donde se entraba en la confusión de un dedal por un beso. Incluso casos más oscuros donde se proponía un secuestro real por parte de Peter hacia Wendy y sus hermanos. Ante tal situación los padres de los niños llorarían desconsolados. Incluso también se tenía pensado un viaje iniciático por voluntad propia de los hijos de los Darling al País de Nunca Jamás convirtiendo la escena donde Peter Pan recupera su sombra en la habitación de los niños el origen de todo. También jugaron con un cambio completamente radical hacia ciertos personajes. Campanilla, en sus orígenes, siempre fue un punto de luz, algo casi subjetivo y sin forma definida. Aquí se recurrió a la acertada idea de darle cuerpo, de fisonomía pin-up y acentuando su belleza femenina. De esta forma acabaron por convertirla en uno de los muchos aciertos con los que contó la película. Tanto les gustaba el personaje que pasó de ser un elemento secundario a ser una rival de la propia Wendy y entrando en el tema clásico de la guerra entre féminas por conseguir la atracción del macho dominante [...].
“Peter Pan”, a día de hoy, sigue siendo un clásico por antonomasia. Ya sea dentro del listado interminable de títulos Disney como del género de aventuras y la fantasía más primigenia. Dejando a un lado la fidelidad a la obra y si los cambios pasan (o no) desapercibidos, la película comienza con el punto culminante e inexorable del paso de la infancia a la adolescencia. Una habitación cualquiera con unos niños cualquiera. Juegan creyendo a pies juntillas las historias y cuentos que su hermana Wendy les narra centrándose siempre en la figura de Peter Pan, el icono venerado. Piratas, indios, sirenas, niños perdidos, polvo de hadas, Campanilla, el país de Nunca Jamás, etc. Todo son productos de la imaginación que sirven como vía de escape y lugar soñado para poder continuar disfrutando de lo que sólo se vive una vez: la infancia en todo su esplendor y a su vez la inocencia y las aventuras que van de la mano con ella. Pero la parte adulta, en forma de padres, toma cuerpo en la escena y ante la impotencia de no comprender que cuando se es niño se vive en un mundo aparte o paralelo, el progenitor decidirá dar fin a una etapa con la inamovible decisión de que Wendy, la creadora de cuentos, la (segunda) mamá de sus hermanos, acabe durmiendo en una habitación aparte. Su infancia se desmorona y la de sus hermanos con ella [...].
Lógicamente el tema es mucho más profundo de lo que parece a simple vista pues aparte de un cambio y un estado emocional / físico del cual todos hemos sido partícipes y testigos es, por así decirlo, la erradicación de la imaginación en sí misma. Como bien se demuestra en una de las escenas, Peter Pan acude todas las noches a escuchar los cuentos de Wendy, una forma de perpetrar el antiguo arte de contar historias, de plantar la fantasía en las mentes de los más infantes, los que son más proclives en creer en cuentos y leyendas. Cuando Pan descubre que Wendy va a ir a “vivir” a otra habitación queda tocado, como el resto de infantes, al descubrir que esas historias acabarán muriendo y desapareciendo en el olvido. De ahí que el País de Nunca Jamás es la vía de escape, el lugar donde poder perpetrar y continuar con lo que representa ser un niño, el sitio donde uno no tiene que preocuparse de crecer y hacerse mayor, despreocupado y ajeno a los problemas que conlleva ese transcurso vital de cada uno al hacerse adulto. Es aquí donde Disney convierte la magia, en todo su esplendor y no como adjetivo o sinónimo de una marca registrada, en toda una declaración de intenciones [...].
“Peter Pan”, como película, es un vehículo de lucimiento con una identidad propia y particular. Disney volvió a contar con Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske tras la dirección. Su labor tras la cámara demostraba, con creces, que sabían cómo narrar y cómo exponer todos y cada uno de los elementos que hacen de una película un éxito y un título de referencia dentro del campo de los dibujos animados. La década de los 50, en lo que a animación Disney se refiere, les pertenece por derecho propio. Se nota por una elegancia sofisticada en los decorados y en la fluidez absoluta tanto de los movimientos como del ritmo del metraje. Aunado además por la plantilla de dibujantes que iba superándose a cada nueva entrega con personajes totalmente definidos y de caracteres marcados, “Peter Pan” era la plasmación de que la madurez artística iba adquiriendo a cada nuevo título ofrecido una perfección patente, plausible y admirable. Se percibe en casos concretos como la luminosidad de Nunca Jamás en contraste con lo lúgubre del interior de la cueva con forma de calavera en uno de los momentos más interesantes e intrigantes, aunado además por una banda sonora férrea al respecto [...].
- continúa en spoiler -
Se decidieron cambiar ciertos episodios fundamentales de la obra literaria al igual que se eliminaron otros tantos como aquellos donde Campanilla revive gracias a los aplausos por creer en las hadas o donde se entraba en la confusión de un dedal por un beso. Incluso casos más oscuros donde se proponía un secuestro real por parte de Peter hacia Wendy y sus hermanos. Ante tal situación los padres de los niños llorarían desconsolados. Incluso también se tenía pensado un viaje iniciático por voluntad propia de los hijos de los Darling al País de Nunca Jamás convirtiendo la escena donde Peter Pan recupera su sombra en la habitación de los niños el origen de todo. También jugaron con un cambio completamente radical hacia ciertos personajes. Campanilla, en sus orígenes, siempre fue un punto de luz, algo casi subjetivo y sin forma definida. Aquí se recurrió a la acertada idea de darle cuerpo, de fisonomía pin-up y acentuando su belleza femenina. De esta forma acabaron por convertirla en uno de los muchos aciertos con los que contó la película. Tanto les gustaba el personaje que pasó de ser un elemento secundario a ser una rival de la propia Wendy y entrando en el tema clásico de la guerra entre féminas por conseguir la atracción del macho dominante [...].
“Peter Pan”, a día de hoy, sigue siendo un clásico por antonomasia. Ya sea dentro del listado interminable de títulos Disney como del género de aventuras y la fantasía más primigenia. Dejando a un lado la fidelidad a la obra y si los cambios pasan (o no) desapercibidos, la película comienza con el punto culminante e inexorable del paso de la infancia a la adolescencia. Una habitación cualquiera con unos niños cualquiera. Juegan creyendo a pies juntillas las historias y cuentos que su hermana Wendy les narra centrándose siempre en la figura de Peter Pan, el icono venerado. Piratas, indios, sirenas, niños perdidos, polvo de hadas, Campanilla, el país de Nunca Jamás, etc. Todo son productos de la imaginación que sirven como vía de escape y lugar soñado para poder continuar disfrutando de lo que sólo se vive una vez: la infancia en todo su esplendor y a su vez la inocencia y las aventuras que van de la mano con ella. Pero la parte adulta, en forma de padres, toma cuerpo en la escena y ante la impotencia de no comprender que cuando se es niño se vive en un mundo aparte o paralelo, el progenitor decidirá dar fin a una etapa con la inamovible decisión de que Wendy, la creadora de cuentos, la (segunda) mamá de sus hermanos, acabe durmiendo en una habitación aparte. Su infancia se desmorona y la de sus hermanos con ella [...].
Lógicamente el tema es mucho más profundo de lo que parece a simple vista pues aparte de un cambio y un estado emocional / físico del cual todos hemos sido partícipes y testigos es, por así decirlo, la erradicación de la imaginación en sí misma. Como bien se demuestra en una de las escenas, Peter Pan acude todas las noches a escuchar los cuentos de Wendy, una forma de perpetrar el antiguo arte de contar historias, de plantar la fantasía en las mentes de los más infantes, los que son más proclives en creer en cuentos y leyendas. Cuando Pan descubre que Wendy va a ir a “vivir” a otra habitación queda tocado, como el resto de infantes, al descubrir que esas historias acabarán muriendo y desapareciendo en el olvido. De ahí que el País de Nunca Jamás es la vía de escape, el lugar donde poder perpetrar y continuar con lo que representa ser un niño, el sitio donde uno no tiene que preocuparse de crecer y hacerse mayor, despreocupado y ajeno a los problemas que conlleva ese transcurso vital de cada uno al hacerse adulto. Es aquí donde Disney convierte la magia, en todo su esplendor y no como adjetivo o sinónimo de una marca registrada, en toda una declaración de intenciones [...].
“Peter Pan”, como película, es un vehículo de lucimiento con una identidad propia y particular. Disney volvió a contar con Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske tras la dirección. Su labor tras la cámara demostraba, con creces, que sabían cómo narrar y cómo exponer todos y cada uno de los elementos que hacen de una película un éxito y un título de referencia dentro del campo de los dibujos animados. La década de los 50, en lo que a animación Disney se refiere, les pertenece por derecho propio. Se nota por una elegancia sofisticada en los decorados y en la fluidez absoluta tanto de los movimientos como del ritmo del metraje. Aunado además por la plantilla de dibujantes que iba superándose a cada nueva entrega con personajes totalmente definidos y de caracteres marcados, “Peter Pan” era la plasmación de que la madurez artística iba adquiriendo a cada nuevo título ofrecido una perfección patente, plausible y admirable. Se percibe en casos concretos como la luminosidad de Nunca Jamás en contraste con lo lúgubre del interior de la cueva con forma de calavera en uno de los momentos más interesantes e intrigantes, aunado además por una banda sonora férrea al respecto [...].
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Claro está, hablando de personajes, Peter Pan es definido como el sinónimo de la niñez perenne, la juventud desvergonzada, la presuntuosidad que sólo la adolescencia posee y es reconvertido en el líder absoluto de los niños perdidos, símbolo de las aventuras más elementales y siempre en lucha contra personajes entroncados en los arquetipos fundamentales de las aventuras como son los indios o los piratas. Su archienemigo, quien no es representado como la parte fantástica del señor Darling sino como una entidad propia, será el mítico Capitán Garfio. Un pomposo y pérfido villano, patético en la mayoría de ocasiones para acentuar la vis cómica del personaje (los momentos compartidos entre él y el cocodrilo son auténticas piezas de arte de un slapstick sin igual) pero siempre con intenciones realmente crudas como es la intención en todo momento de matar, literalmente, al propio Pan. La forma en cómo se enfrentan ambos personajes demuestra que a fin de cuentas, en ciertos instantes, la infantilización de la propia batalla entre niños no queda muy lejana o alejada de los propios adultos. Lógicamente una película Disney no puede estar carente de secundarios y aquí contamos con un Smee en estado de gracia, auténtico roba escenas por sus amanerados andares, su bufonesca actitud y su leal servicio al capitán, ayudado en todo momento de una fisonomía entrañable y divertida a partes iguales. Lo mismo sucede con el cocodrilo antes citado cuyas apariciones son agradecidas y divertidas (el funesto sonido del tic tac del reloj que siempre lo acompaña, preludio de un ataque inminente y también símbolo de que el tiempo siempre avanza, es un leitmotiv realmente acertado).
Por un lado contamos con la parte infantil de los protagonistas donde se nos muestra a través de las aventuras y las propias experiencias vitales para dar rienda suelta a la diversión de los personajes como esa expedición en busca de los indios o la propia lucha entre piratas contra los niños perdidos y sus nuevos amigos en la última escena [...]. Pero otro de los apartados que la película expone y subraya durante todo el metraje es la batalla sexual entre las distintas partes femeninas. Desde los primeros minutos vemos como Campanilla (la cual luce y admira su fisonomía en el espejo) es una mujer posesiva, de carácter celoso y agresivo, quien no permite que ninguna fémina se acerque a él ni tan siquiera demuestre sus afectos hacia el líder del grupo. Los celos retorcidos le harán desear en todo momento la muerte inmediata de Wendy provocando su destierro, cosa que servirá más tarde para que Garfio emplee en su favor la batalla y la guerra psicológica en una de las escenas más acertadas. Pero lo mismo sucede con las sirenas quienes desean ahogar a Wendy para eliminarla de la ecuación y así seguir contando con Peter Pan única y exclusivamente para ellas. Sin olvidar los celos que siente Wendy ante el interés y admiración de Peter hacia la princesa Tigrilla, la cual baila sensualmente para él fundiéndose en un beso oculto[...].
[...] Sin ir más lejos “Peter Pan” es uno de los títulos más profundos, sesudos y más elementales para filosofar, debatir y razonar sobre si la infancia, por desgracia, cada vez se va más pronto, si cada vez se les priva a los niños de lo que son y se les transforma en pequeños adultos que no juegan con la imaginación. Incluso se da la posibilidad de si nosotros mismos matamos a nuestro propio Peter Pan por querer crecer demasiado rápido, un viaje que por desgracia no tiene camino de vuelta. “Peter Pan” ha sido, es y será, como bien dicen, la cuadratura del círculo. Barrie, a través de su imaginación, le dio forma pero Disney, a través de su arte, le dio alas. La fusión de ambos sólo sirvió para convertirlo en eterno.
Crítica completa: https://claquetadebitacora.wordpress.com/2016/09/13/critica-peter-pan-varios-directores-1953-la-esencia-de-la-infancia/
Por un lado contamos con la parte infantil de los protagonistas donde se nos muestra a través de las aventuras y las propias experiencias vitales para dar rienda suelta a la diversión de los personajes como esa expedición en busca de los indios o la propia lucha entre piratas contra los niños perdidos y sus nuevos amigos en la última escena [...]. Pero otro de los apartados que la película expone y subraya durante todo el metraje es la batalla sexual entre las distintas partes femeninas. Desde los primeros minutos vemos como Campanilla (la cual luce y admira su fisonomía en el espejo) es una mujer posesiva, de carácter celoso y agresivo, quien no permite que ninguna fémina se acerque a él ni tan siquiera demuestre sus afectos hacia el líder del grupo. Los celos retorcidos le harán desear en todo momento la muerte inmediata de Wendy provocando su destierro, cosa que servirá más tarde para que Garfio emplee en su favor la batalla y la guerra psicológica en una de las escenas más acertadas. Pero lo mismo sucede con las sirenas quienes desean ahogar a Wendy para eliminarla de la ecuación y así seguir contando con Peter Pan única y exclusivamente para ellas. Sin olvidar los celos que siente Wendy ante el interés y admiración de Peter hacia la princesa Tigrilla, la cual baila sensualmente para él fundiéndose en un beso oculto[...].
[...] Sin ir más lejos “Peter Pan” es uno de los títulos más profundos, sesudos y más elementales para filosofar, debatir y razonar sobre si la infancia, por desgracia, cada vez se va más pronto, si cada vez se les priva a los niños de lo que son y se les transforma en pequeños adultos que no juegan con la imaginación. Incluso se da la posibilidad de si nosotros mismos matamos a nuestro propio Peter Pan por querer crecer demasiado rápido, un viaje que por desgracia no tiene camino de vuelta. “Peter Pan” ha sido, es y será, como bien dicen, la cuadratura del círculo. Barrie, a través de su imaginación, le dio forma pero Disney, a través de su arte, le dio alas. La fusión de ambos sólo sirvió para convertirlo en eterno.
Crítica completa: https://claquetadebitacora.wordpress.com/2016/09/13/critica-peter-pan-varios-directores-1953-la-esencia-de-la-infancia/