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España España · Barcelona
Voto de David MS:
6
Intriga. Thriller Una psicóloga y su ayudante intentan desacreditar a un vidente que ha recuperado el prestigio después de haber pasado treinta años sumido en el olvido; el problema consiste en que el cerebro casi siempre nos transmite una imagen distorsionada de la realidad. (FILMAFFINITY)
29 de agosto de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buried puso al director español Rodrigo Cortés en el candelero después de su éxito crítico (y más moderadamente comercial), consiguiendo algún galardón de renombre (Goya al mejor guión para Cortés) con merecimiento. Ahora tiene la revalida con el thriller de parapsicología Luces Rojas, un proyecto más ambicioso que le ha permitido contar con un presupuesto más abultado y estrellas actuales como Cillian Murphy, Sigourney Weaver y Robert De Niro. Lo de estrellas actuales es un decir, Murphy nunca ha pertenecido al star-system, y Weaver y De Niro hace años que han dejado de ser reclamo para ir a ver una película (lo que no les quita la brillante carrera que tienen).

Tom Buckley (Murphy) y Margaret Matheson (Weaver) son dos psicólogos que se dedican a desmantelar fenómenos paranormales fraudulentos que cometen gente con ínfulas de grandeza y ganas de estafar al personal. No hay mago, adivino o medium que les engañe. La excepción que confirma la regla se encuentra en Simon Silver (De Niro), un famoso vidente ciego que vuelve al escenario tras 30 años de ausencia, y con quien Margaret tuvo enfrentamientos verbales de los que salió malparada al no poder demostrar la farsa de sus trucos.

Ese es el punto de partida de Luces Rojas, largometraje que empieza como una versión de Expediente X dentro del mundo de las investigaciones paranormales (el escepticismo de los protas al no querer creer lo que ven), y que durante el transcurso de la película pasa por momentos y escenas que recuerdan el cine de David Lynch (rara atmosfera), Brian De Palma (la angustia del prota), y en gran parte con El Truco Final de Christopher Nolan, al tratar un tema similar, el de la obsesión del protagonista en tratar de desenmascarar los trucos de un rival que parece jugar con ventaja.

Tanto la realización como el guión tiran por ese camino, y si bien en el primero de los dos aspectos Luces Rojas cumple con creces al evocar de manera acertada el cine de esos directores, no lo hace así en el libreto de Rodrigo Cortés, que entrado en metraje se convierte en un inconexo galimatías de chocantes escenas paranormales en sucesión con el personaje de De Niro en la sombra, con Cillian Murphy tratando de averiguar si los poderes del mago son ciertos o no... hasta que lo descubre, en un desenlace con giro final tramposo que:

1º No ata los cabos sueltos, dejando muchas de las situaciones que han padecido los protagonistas con respuestas poco claras, cogidas con pinzas. Al final, gran cantidad de esas escenas parecen metidas más para impactar y sobrecoger al espectador, que para hacer de Luces Rojas un 'todo' que tenga sentido por si mismo. Se puede decir que la película de Cortés tiene grandes lagunas de guión, o por lo menos, que en su intento de ensamblarlo todo ha dejado muchos frentes abiertos.

2º Lo peor del guión es que toma al espectador por tonto y trata de colárnosla con ese giro final previsible, fácilmente imaginable mucho antes de que su director nos revele la trampa a la que (cree) nos está sometiendo. Ello hace del desenlace de Luces Rojas una versión de El Sexto Sentido para gente con pocas luces (y no pretendo decir que soy un lince adivinando el final de las películas, rara vez ha sucedido, pero habría que ser ciego para no darse cuenta).

Es el gran pero de una película que en el resto de apartados mantiene el nivel, caso de las interpretaciones, con una entonada pareja protagonista Murphy/Weaver, un Robert De Niro secundario de buena presencia (aunque con los años ha perdido intimidación), el eficiente Toby Jones, Joely Richardson luciendo porte, y una Elizabeth Olsen como estudiante primero, novia de Murphy después, en una historia de amor que tiene tanto peso en la trama como los trailers que pusieron antes de la peli. Por último, añadir un breve papel de un forzado y algo exagerado Leonardo Sbaraglia.

En resumen, Luces Rojas gusta, más por lo que se ve en pantalla (Cortés director), que por lo que nos cuentan (Cortés guionista).
David MS
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