William Katt estaba muy en boga en el momento del estreno de esta cinta al ser el protagonista de la serie 'El gran héroe americano', aunque en lugar de aprovecharlo y aparecer en filmes de calidad para lucirse y conseguir mejores papeles, salió en una comedia de terror que no dudo que cuando se estrenó fuese un éxito, pero verlo ahora treinta y tres años después duele mucho.

Las cintas de terror estadounidenses de los años ochenta algunas han aguantado el paso del tiempo como 'La cosa (El enigma de otro mundo)', 'El resplandor', 'La mosca', 'Posesión infernal', etc. Esta no es una de ellas.

Juega muy en su contra su guión que no para de dar temas paralelos a la historia principal enredando más la cosa y solo al final es cuando empieza a aclararse y tener sentido. Por lo demás, es una cinta típica de serie B con sus intentos de sustos y sus efectos especiales artesanales que siempre se agradecen ver en estos tiempos donde el ordenador ha impregnado este apartado.

Este largometraje tuvo tanto éxito en su momento que dio lugar a tres secuelas más, y ya veremos si algún día del resto de mi vida me animo a continuar y a acabar con esta saga, porque no me lo han puesto muy fácil.