Esta película de la directora de moda Chloé Zhao no me dio buena espina ya desde su primer tráiler. No veía ningún argumento que me diesen las ganas de pagar una entrada, ni siquiera en su último tráiler en el que por fin mostraban algunas cartas para saber al menos por donde iba a discurrir la historia y las referencias a Thanos y a las dos últimas películas de Vengadores. Ahora debo decir que hice bien.

Debo reconocer que al principio no estaba pareciendo del todo malo con el uso de flashbacks explicando el papel de los Eternos a lo largo de la historia de la humanidad e intercalando con el presente y los Desviantes, pero pasado unos minutos la cinta se empieza a volver demasiado reiterativa y no parece que haya espacio para avanzar, no hasta el giro de guion que llega pasado la hora y cuarenta aproximadamente; y para ese entonces ya había desconectado. El tramo posterior no la salva de la quema.

Ninguno de los personajes de la historia me ha parecido interesante. Todos cortados por el mismo patrón y sus conflictos personales y demonios internos no es que me hayan parecido precisamente la quinta esencia del guion. Recurrir al conflicto de ideas ya está visto, y en esta ocasión no introducen un matiz nuevo para hacerlo destacar. Más bien me ha parecido un sucedáneo de Power Rangers inclusivos que pretenden ir de chupiguays por la vida, pero no. Hay que comer mucho para llegar a la suela de la saga del infinito y de algunas de sus producciones.

Teniendo en la receta unos personajes insulsos y una historia que no da para dos horas y media ni de coña (incluyendo en su mayoría humor estúpido), el desastre se viene. En el terreno de los efectos especiales destaca muy para bien en cosas como la creación de los celestiales, aunque a 'Eternals' le falta más alma y más concreción. Ya veremos que nos depara el futuro de estos personajes; con este estilo, nada bueno.