No tardaron mucho en pensar una secuela de 'Almas de metal'. En 1976 ya se estrenó la continuación (de la que es imprescindible ver la cinta predecesora porque aquí la destripan de arriba a abajo) sin casi ningún miembro del reparto original, salvo Yul Brynner, de cuya aparición hablaré más tarde.

Esta vez, los que iban a llevar el peso de la cinta son Peter Fonda, ya con la aureola de actor famoso por 'Easy Rider (buscando mi destino)' y Blythe Danner (la madre de Gwyneth Paltrow para quienes no la conozcáis o la esposa de Robert De Niro en la trilogía de 'Los padres de él' para quienes os suene su cara). En esta secuela son los periodistas que acuden a la re-inauguración del parque de Delos.

Y por mucho que tanto Fonda como Danner no sean malos reemplazos de James Brolin y Richard Benjamin, esta película consigue sostenerse a duras penas, le falta la clase de 'Almas de metal', aunque hay que reconocerle que se esforzaron por dar una trama que mantuviese el interés, porque cuando ya se ponen las cartas sobre la mesa el filme sube un peldaño hasta su final. Lástima que durante el resto del tiempo no fuese así, y solo fuese una lenta espera hasta que pasara algo (fallo que también tuvo la película anterior).

Caso aparte merece la aparición bizarra de Yul Brynner, que quizás lo hiciese por la pasta o vete a saber que. El caso es que, aunque quisieran hacer una conexión con la primera peli, su aparición es totalmente irrelevante.

No cayeron en otros casos de franquicias que se alargaron hasta no dar más de sí y esta queda como la última parte; mantiene el tipo, por lo que ya es más de lo que puedan decir otras franquicias que terminaron arrastrándose.