De la misma forma en que el ser humano se desvela verdaderamente a sí mismo bajo condiciones de presión, Jim Jarmusch demuestra que, las personas también son capaces de mostrarse tal y como son por medio de situaciones altamente cotidianas y ordinarias, sin necesidad de someterlas a ningún hecho extraordinario o profundamente dramático. Es decir, cada uno de los capítulos que componen este filme nos hablan de lo que queda cuando se apagan los focos y se baja el telón, de cómo cada uno de nosotros ocupamos nuestro tiempo libre, de ese libre albedrío que nace cuando nos enfrentamos cara a cara con alguien en una conversación natural, espontánea, sin límites incluso, y alejada del pragmatismo de lo puramente convencional. Como una terapia psicológica en la que nos liberamos de nuestras preocupaciones y soltamos lastre, Coffee and Cigarettes ha venido para empaparnos no solo con el café que llena nuestra taza y el humo del tabaco que nos oculta el rostro, sino para lograr un despertar a la vida y experiencia humana.