No os dejéis engañar por el arranque in media res de "Steve Jobs", ni os perdáis mucho en los diálogos que explican su compleja situación personal y profesional. La película engancha bien y Michael Fassbender es quien la hace brillar, así como el que orienta al espectador a través de su pasado, pasado y "presente". No os esperéis una película de estructura convencional de orígenes-establecimiento-espaldarazo. Esta película sólo nos permite meter la nariz en tres eventos importantes del genio. Y esos tres eventos (adornados por flashbacks y testimonios) son la película. El resto es ritmo, interpretaciones e intensidad.
Las actuaciones son brillantes (Fassbender es increíble, Winslet y Daniels le dan la réplica en sus puestos).
La dirección es muy elegante para Danny Boyle, a pesar de algunos planos en los que regresa a su tenso estilo.
La banda sonora acompaña muy bien a los momentos en los que se desarrolla. El guión es un constante juego de manos evolutivo a través del tiempo, desfilando por los diversos puntos de vista de sus personajes, dejando huella en el espectador poco a poco.
Todo ello conforma una oferta cinematográfica atípica, arriesgada al principio y estimulante en su desarrollo y final. Una buena película.