La película nos traslada al lugar y tiempo indicado (dentro de la época moderna) para cuestionar el sexo y el amor: Nueva York, década del '60.
Los movimientos sociales sin duda que ponían ese tema en el eje del debate, de ahí la ambientación que la peli debía tener. Una temática así sería incomprensible en la época actual, cuando la idea que se propone ya ha sido totalmente asumida por las mujeres. Puede encontrarse alguna información al respecto en el artículo Hooking Up, de Tom Wolfe, año 2000.
Pero volviendo a la película, funciona a tono de comedia romántica a partir de la receta clásica: un guión aceptable, actores con química, algo de música. Justamente la escena musicalizada con el tema Fly me to the moon creo que es descollante.
Aquí es interesante hacer notar que hay dos parejas desparejas en juego: además de la principal, tenemos a sus respectivos compañeros de trabajo que también se sacan chispas en un juego amoroso de nunca acabar (mejor dicho, de nunca empezar.)
Justamente David Hyde Pierce compone un personaje sumamente gracioso, un neurótico casi-gay, terriblemente inseguro y en constante lucha por obtener el amor de Vikki Hiller, otra chalada que se las trae.
Tal vez el final sea un poco flojo, ya que es excesivamente rebuscado, aunque de haber sido más lineal, los aficionados estaríamos criticando el final tan repetido y poco original. En fin, que a veces parece que a los aficionados al cine no hay nada que nos parezca bueno.
Down with love. Arriba la comedia.