No dudo de que los premios que ganó esta película en su día fueran justos porque está hecha por grandes profesionales pero personalmente me ha parecido insoportable. No me enganchan las intrigas palaciegas y las disputas familiares por el poder con sus innumerables conspiraciones de por medio en esta teatral obra ambientada en la Inglaterra del siglo XII. Está muy bien interpretada y sus diálogos son brillantes pero me he aburrido bastante. Se da más importancia a las interpretaciones que a la trama. Abunda la verborrea y escasea la acción y a mi eso siempre me cansa. Al final me harto y estoy deseando que termine cuanto antes.

Como anécdota resaltar que la película supuso el debut cinematográfico de Anthony Hopkins, Timothy Dalton y Nigel Terry, el famoso rey Arturo de Excálibur.