Una de las mejores películas de culto de los noventa interpretada por Gary Oldman con su encantador histrionismo acompañado de un reparto repleto de caras conocidas. Una historia de cine negro con un soberbio guión que narra las chapuzas que lleva a cabo un policía corrupto trabajando a la vez para la mafia y la policía enriqueciéndose y engañando a todo el mundo incluida su preciosa esposa (Annabella Sciorra). Hasta que se topa con una mafiosa de cuidado interpretada por Lena Olin muy sensual y al mismo tiempo muy masculina en su manera de ser con esa voz grave y una mente maquiavélica que traerá de cabeza al sufrido policía.

En el reparto también destaco la presencia de una deliciosa Juliette Lewis en sus inicios que trasmite erotismo por los cuatro costados como amante de Oldman al que le encanta verla bailar en ropa interior en su picadero. El veterano Roy Scheider muy envejecido encarna al jefe mafioso rival de Lena Olin. Una película que fracasó injustamente en taquilla y que se minusvaloró en su momento pero que con el tiempo se ha convertido en una respetable obra de culto.