Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
8
Ciencia ficción. Acción Año 1997. El avión del presidente de los Estados Unidos es secuestrado por un grupo radical, pero consigue sobrevivir y se encuentra solo en las calles de Nueva York, donde Manhattan se ha convertido en una enorme prisión de alta seguridad. Ante la imposibilidad de lanzar una acción convencional, por miedo a que maten al presidente, se decide enviar a un agente secreto para rescatarlo. El elegido es "Serpiente" Plissken (Kurt Russell), ... [+]
27 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como lo hizo John Carpenter en Escape From New York (1981), película de ciencia ficción que transcurre en un 1997 distópico pero que todavía conserva una mirada actual sobre problemas como las prisiones, la seguridad y el terrorismo.

Por Nicolás Bianchi

Solo 16 años en el futuro algunos de los peores problemas de la sociedad son aún más graves. Es un ejercicio que en este 2020 nadie se atrevería a hacer porque para 2036 cualquier fantasía puede llegar a tornarse realidad. Carpenter lo hizo en 1981, cuando imaginó, entre otras, cosas un avión capturado por un grupo extremista que se estrella muy cerca de las Torres Gemelas. Como profecía no está nada mal.

Escape From New York tiene una línea dramática sencilla que se inserta dentro de un mundo que no vamos a terminar de conocer. La isla de Manhattan, por el incremento del crimen, es ahora una gigantesca prisión amurallada. Los puentes están obstruidos. Del otro lado un gobierno, que subió varios puntos en la escala del militarismo y el autoritarismo, controla con helicópteros y agentes el muro y el agua que lo circunda. El que intenta escapar es fusilado en el acto.

Estados Unidos atraviesa convulsiones que no se cuentan pero sí afectan a la historia de la película. Un grupo de extremistas de izquierdas, que lucen y hablan como estadounidenses, captura el avión presidencial y luego sufre un accidente de manera tal que se estrellan dentro del ahora gigantesco complejo penitenciario. El único sobreviviente es el presidente que resulta capturado por una de las tantas civilizaciones que habitan la desolada Manhattan.

Como las fuerzas de seguridad no pueden ingresar, bajo amenaza de ejecución del presidente, envían un nuevo preso con la misión del rescate. Se trata del icónico Snake Plissken (Kurt Russell), un ex militar que peleó en batallas en Rusia, de una guerra que desconocemos, y fue condecorado con las más altas distinciones, pero luego resultó arrestado por robar una dependencia de la Reserva Federal. Tiene un parche en el ojo, y es una suerte de bandido popular y célebre entre mucho de los presos que viven en Manhattan. Su misión es rescatar al presidente y si falla morirá porque el jefe Hauk (Lee Van Cleef) le inyecta un dispositivo que le provocará la muerte luego de 23 horas, el tiempo con el que cuenta el héroe delincuente para cumplir con la misión.

Así empieza la aventura de Snake, que a modo de odisea, dentro de Manhattan cruzará su camino con una serie de personajes, dentro de los que se destacan Brain (Harry Dean Staunton) y su novia Maggie (Adrienne Barbeau), el taxista Cabbie (Ernest Borgnine), y el malvado Duke (Isaac Hayes). Como es su costumbre, Carpenter hace mucho con poco. La puesta en escena, con calles inundadas de basura, negocios devastados y una larga noche, dan escenario a las peripecias de Snake.

Por más que lo que defina a la película sea la acción dentro de un marco futurista, el director no renuncia a dar cierta mirada del mundo, en el que exacerba los rasgos autoritarios hasta el paroxismo. Prisiones gigantes, presos sin derechos, fuerzas de seguridad más autoritarias. Cuarenta años más tarde no parece haber estado tan desacertado en sus sensaciones sobre Estados Unidos. Y todo esto contado a través de un héroe que es tal por robar un banco, quizás el más importante del mundo.

Resulta llamativa también la figura del presidente, interpretado por Donald Pleasance. Un tanto acobardado y humillado cuando es tenido como cautivo, se desata y acribilla a balazos a un villano cuando la suerte está de su favor. ¿Habrá sido esta una de las primeras ocasiones en la que el presidente toma un arma y mata a alguien en pantalla grande? Es sabido la cantidad de películas que después explotaron a la figura presidencial y la convirtieron en héroe como Independence Day en los 90, o la saga de Olympus Has Fallen unos años más tarde. En todo caso es un aspecto más que el cine de acción, ciencia ficción, terror y de género le debe al director neoyorquino, que, como nadie, supo destruir su ciudad en la pantalla grande.
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow