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Voto de Federico_Casado:
8
Drama Adaptación de la obra teatral de Peter Morgan sobre la entrevista del periodista David Frost al presidente Nixon. Durante los tres años que siguieron a su salida de la Casa Blanca, Richard Nixon permaneció en silencio. Sin embargo, cuando en el verano de 1977 concedió una entrevista para hablar de su mandato y del caso Watergate, sorprendió a todos al escoger a David Frost. Incluso el equipo del periodista no estaba muy seguro del éxito ... [+]
16 de febrero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una sociedad se supone que es madura cuando es capaz de mirarse a sí misma y ejercer una autocrítica tan mordaz como sea necesaria. Y si encima resulta que es irónica, pues mucho mejor. Siempre he envidiado eso de los norteamericanos, que rápidamente se apresuran a coger las páginas de su propia (y corta) historia para hacer novelas, películas y series de televisión, ya sea del género que sean. El irregular Ron Howard, capaz de hacer los más deplorables productos comerciales, como "El Código Da Vinci", también es capaz de hacer películas interesantes, como "Cinderella Man", cuestionando además varios puntales de la sociedad. Incluso ha sido capaz de hacer peliculas verdaderamente antológicas como "Willow". No hace falta ser un genio para percatarse que uno de los sucesos más dramáticos en la historia de los norteamericanos es la Guerra del Vietnam, y el famosísimo caso Watergate. Ambos sucesos tienen un denominador común: Richard Nixon. Es la rebelión del hombre de a pié contra el megalítico poder de una institución como la presidencia de los Estados Unidos, a través del 4º poder, o sea, el periodismo. Cuando los dos redactores de Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward destaparon todo el escándalo de las escuchas ilegales, el Presidente Nixon tuvo que dimitir irrevocablemente. Pero el mayor escándalo no fue ese, sino que el siguiente presidente, Gerald Ford, le concediera inmunidad completa a todo lo que había podido hacer, para mayor indignación de todo el mundo. Cinematográficamente hablando, el film de Howard tiene muchisima agilidad y un gran pulso narrativo, alternando las falsas entrevistas con el desarrollo de la historia. La linealidad se ve quebrada desde varios ángulos en el guión, perfilando las dos carismáticas personalidades del periodista y el expresidente, que enfrentados como si de un ring se tratara, intentan tumbarse el uno al otro sin piedad. Brillantísimas son las dos interpretaciones principales, pero tampoco podemos olvidar a Kevin Bacon, Oliver Platt, Sam Rockwell o Matthew MacFayden. Dejando atrás el gran esfuerzo físico de Frank Langella en -literalmente- convertirse en Nixon hay que quitarse el sombrero con la dicción de este soberbio actor que eclipsa incluso la excelente recreación que del periodista inglés David Frost hace un Michael Sheen en auténtico estado de gracia. Y tiene más mérito aún, que hayan sido capaces de procesar, cocinar, envolver y servir un producto que a priori solo interesaría a los norteamericanos. A mi me interesó, y confieso que no me gustan mucho las revisiones históricas y aún menos los biopics.
Federico_Casado
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