17 de octubre de 2009
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
En fin, al margen de lo simpático / placentero que resulte quedarse mirando la pantalla sólo por ver a la Sophia en movimiento, en esta película se nos presentan tres concepciones diferentes del amor, justificadas en parte, según el guionista, por la latitud desde la que se cuente la historia: en el sur el sentimiento es más puro, en el norte más superficial, visión que evidentemente no comparto.
El primer corto es la divertida desventura de un marido por satisfacer sexualmente a su hembra (los hay con suerte, joder), quien debe estar embarazada perennemente si desea eludir la cárcel; el segundo -el más flojete, creo- va de un hombre que al quedarse sin recursos para seguir impresionando a su querida, la pierde de manera inmediata en cuanto aparece un chulo que parece más apto que él; en el tercero se nos cuenta el dilema mental que le surge a un sacerdote novicio en cuanto conoce al pedazo de monumento que tiene por vecina, la cual encima se dedica profesionalmente a lo que invita a todo hombre heterosexual nada más mirarla. Dilema harto complicado de resolver, en su situación.
En los tres casos, en los tres encuentros hombre-mujer (Marcello-Sophia) quien lleva las riendas del otro es por supuesto la que tiene aquello que tira más que dos carretas. Y el hombre no es más que un simpaticote pelele moldeable en sus caprichosas manecillas.
Un film bello y divertido.
Ay... mujeres.
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