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España España · Jaén
Voto de JACHi:
8
Drama. Bélico Cuatro soldados de la División Azul española que habían participado en la invasión del territorio soviético por parte del ejército alemán son apresados tras la expulsión de las fuerzas hitlerianas. Son enviados a campos de trabajos forzados y la única manera que tienen de vivir una vida mejor allí es renunciando a la nacionalidad española. Tan sólo dos de ellos aceptan tal condición, pero los otros españoles comienzan una lucha por ... [+]
14 de enero de 2014
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Evidentemente, ya he dado a entender con el título del comentario que pertenezco a ese grupo mayoritario pero silencioso que defiende (discretamente, insisto) que el momento más sano y brillante del cine español fueron las décadas de los 50 y 60, y ponernos aquí a citar ejemplos que lo amparen es algo que, dando por supuesta la cultura y el bagaje de todo aquel que esté leyendo esta reseña, pues sobra.

Los motivos que me han llevado a declarar sin complejos que esto es así no son gratuitos ni, como algún usuario me ha acusado a través de correos privados, ideológicos. Sino que proceden de la pura y llana observación. Los guiones parecían redactados por escritores consagrados, los temas eran interesantes y, sobre todo y por encima de todo, los actores eran sencillamente maravillosos. Producciones impecablemente cuidadas y -y esto lo señalo como un calificativo muy benigno- españolísimas. Sí, españolas, orgullosas y encantadas de serlo y de demostrarlo. Hago hincapié porque no hace mucho estuve leyendo un amplio manual sobre la historia del cine, editado según comprobé en 1973, y escrito por dos autores franceses cuyo nombre no recuerdo ahora, lo siento. En el mismo, después de cantar las bondades del cine de TODAS las naciones (que si Hungría, que si Portugal, que si Italia, que si Suecia, que si Japón...) y, mucho más ampliamente, el de Francia, claro, estos dos infames menospreciaban con una total falta de tacto (y rigor) el que se había hecho aquí en nuestro país, arguyendo gilipolleces como 'costumbrista', 'condescendiente' y toda clase de comentarios despreciativos, ya no sé si llevados de simple y cazurra ignorancia, o de la malevolencia propia de los intelectuales autodenominados progresistas, ambas cualidades, en cualquier caso, muy comunes en los flipados "tragantonionis" y "chupatruffauts".

Aquellos dos necios no me preocupan. Pero sí que las nuevas generaciones se atrevan, OSEN, ponerme delante de los ojos esperpentos del tipo CARMINA O REVIENTA, y luego me digan que no ven cine español antiguo "porque era mucho más malo que el de ahora".

No, colegas, no. EMBAJADORES EN EL INFIERNO es una auténtica pepita de oro. Y digo sólo 'pepita' porque por desgracia no ha trascendido demasiado, y ha llegado a solamente unos pocos entusiastas para recibir el inmerecido olvido de todos los demás. Pero la he visto y no me paso de la raya al proclamar que está al mismo nivel (salvando las distancias; presupuestarias, quiero decir) de SENDEROS DE GLORIA, la cual es un año posterior y tiene escenas muy parecidas a las de la cinta que nos ocupa. El texto es simplemente sublime, la línea narrativa está perfectamente hilvanada, los actores están del 0 al 10, ¡11!, y la historia, real por cierto, es apasionante. Si tengo que buscarle defectos a esta película, cosa que me cuesta, los atribuiría al hecho de que todos los personajes puedan comunicarse con excesiva facilidad, siendo allí en aquel gulag infecto cada uno de un país y lengua diferentes: españoles, alemanes, italianos... y naturalmente, rusos. Quizá sacrificaron el realismo en este sentido en pos de una narración más amena y ágil, lo que no veo mal en absoluto. El espíritu de la obra y de las vivencias de aquellas personas queda intacto, y eso es lo que prima.

Y en cuanto a lo puramente político-ideológico, qué queréis que os diga. Hace un par de años escribí en esta web una serie de críticas a diversos documentales a la que bauticé como 'El manual anti-comunista de Jachi'. Y en efecto, me declaro enemigo irreconciliable del sovietismo en cualquier de sus formas y no me avergüenzo de hacerlo en medios como este, donde participa mucha gente de signo diametralmente opuesto, o simplemente personas que AÚN HOY TODAVíA observan las ideas marxistas y comunistas como algo provisto de una gran bondad, romanticismo y amor al género humano. Es a estas últimas a las que les recomiendo que vean EMBAJADORES EN EL INFIERNO y le den la oportunidad que, por las magníficas virtudes de las que está dotada y a las que hecho referencia, esta película se merece.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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