Tras el reciente estreno de la insuperable Carol, para quien suscribe, la película del año, la crítica más seria encumbra a Todd Haynes como un digno heredero de Douglas Sirk y sus melodramas. En Far from heaven, 13 años anterior a la obra citada, plantea también Haynes un melodrama con la homosexualidad como telón de fondo, aunque esta vez masculina, y con el añadido de los prejuicios raciales. También los años 50 en una USA muy conservadora. El clima de asfixia de una ciudad provinciana condena a una mujer, Cathy, al infortunio y la desdicha, lo que se vislumbra desde el principio de la cinta.
Pero me falla algo, no sé, el guión lo encuentro un poco tramposo, demasiado naif, George Clooney está en la producción, lo que quizá ayude a esa sensación de exceso de buenas intenciones del progresismo estadounidense. La historia no me la acabo de creer, al tiempo que pienso que hoy, tras 8 años de mandato de un presidente de color que se decidió por fin a legalizar el matrimonio homosexual, las cosas no han cambiado demasiado para negros, gais, mujeres, parados, excluidos, etc. De todos modos, el film se deja ver, la fotografía es prodigiosa y Julianne Moore resplandece como una estrella en noche oscura.