Una gran película que me ha tenido con el culo pegado a la butaca en todo momento, exceptuando algún que otro sobresalto que me hecho saltar.  En el primer tercio de la película en la que nos presentan a los personajes asistimos a momentos de terror cotidiano con violencia tanto entre niños como de adultos a estos, que Scott Derrickson sabe destensar perfectamente con momentos e comedia tronchante (y blasfema) especialmente gracias al papel de la hermana del protagonista (un personaje brutal, el mejor de la película). A partir del secuestro del niño, la película combina dos escenarios, el sótano y el exterior. En el primero  vivimos momentos de angustia y tensión que nos pone el corazón en un puño y en el que sufrimos junto al niño en  una atmosfera oscura y aterradora en la que además se dan algunos sobresaltos (tengo que reconocer que he saltado y gritado con una de estas escenas). El aspecto con diferentes máscaras del secuestrador hace incrementar la sensación de mal rollo. En el exterior vemos la lucha de la niña, que sigue con su particular sentido del humor, para encontrar a su hermano convenciendo a los adultos de que ella puede ser útil. 

En resumen, una película que he disfrutado mucho, que consigue aterrar de verdad siendo uno de los mejores títulos del género de los últimos años.

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