¿Carpenter es un visionario? Al ver esta cinta, sobre todo después de finales de 2001, parece ser que sí.
El experto en cine de terror-drama-apocalíptico nos enseña, ni más ni menos que en el año 1981, lo que es un gps de muñeca, estrellar un avión en un edificio de New York, que las Torres Gemelas sirven para aterrizar y despegar (salvo que te tiren el avión de la azotea) y que el cine es maravilloso.
Se sientan en esta cinta los pilares de lo que es su obra cumbre, La Cosa, del año 1982, siguiendo el fantástico affaire con Kurt Russell, nuestro Serpiente o Pilsen, tanto monta, monta tanto.
Cinta oscura, tétrica, a veces claustrofóbica, con muy buena fotografía, destacables efectos especiales (repito que hablamos del cine de 1981), una dirección sublime junto con la música, en la cual también colabora el omnipresente Carpenter, que da vida a un sólido guión y un plantel de actores de primera línea con los que trabajó antes y con los que trabajaría después.
Hecha en 1981, que nos sitúa en 1997 pero que, en 2013, nos parece el pasado y nos recuerda que el 11 de septiembre de 2001 no solo se perdieron muchas vidas inocentes sino también que esas dos torres sirvieron como escenario de esta extraordinaria película.
Para ver una y otra vez.