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Voto de Manolita:
1
6,8
181.961
Romance. Drama. Aventuras
Jack (DiCaprio), un joven artista, gana en una partida de cartas un pasaje para viajar a América en el Titanic, el transatlántico más grande y seguro jamás construido. A bordo conoce a Rose (Kate Winslet), una joven de una buena familia venida a menos que va a contraer un matrimonio de conveniencia con Cal (Billy Zane), un millonario engreído a quien sólo interesa el prestigioso apellido de su prometida. Jack y Rose se enamoran, pero el ... [+]
24 de mayo de 2011
28 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desconcierto, tedio, empalagamiento, incertidumbre, enfurecimiento y sorpresa…Fueron los sentimientos que, como en un barco que zozobra, me fueron inundando mientras visionaba este (dañino pal’ojo) filme. Además, en este orden. Detallaré en el spoiler cada uno de ellos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1) Desconcierto: debido a la gran acogida, la gran crítica, los peazo de actorazos y demás mandanga, me esperaba un peliculón de aquí no te menees, pero tras la primera hora….mi sensación fue de que me estaba perdiendo algo (¿acaso me había dormido? ¿quizás me habían abducido extraterrestres por un ratico?...no…no tuve esa suerte…es lo que era: un pastelazo con bien, bien de merengue (y eso que a mi me gusta, pero lo poco gusta, y lo mucho cansa, como dicen en mi casa…)
2) Tedio: sí, tedio infinito…Esas canciones, esos primeros planos, esa petardez infinita., esas poses manidas…pero ¿por qué alguien no le dijo que para lo que iba a contar con una horita veinte bastaba?
3) Empalagamiento: casi me hago diabética de la cantidad de pastelazo que ingerí por minuto, madre mía, pero vamos a ver…¿ésta no era la historia de la gente que iba en un barco llamada Titanic, que por cierto, se hunde?
(Durante intervalos de 10-15 minutos, pásese del punto 1 al 3, indefinidamente, hasta que llegue el momento de pasar al punto 4)
4) Incertidumbre: debía ser alrededor de las segunda hora (con una desviación típica de ± 15 minutos), cuando el barco (¡por fin!) empieza a tener problemas y QUIZÁS se pudiera hundir (y digo QUIZÁS porque debido al pastelazo hollywoodiense que se estaban marcando, albergué muchas dudas, en serio…eso y la magia del cine, ya se sabe…te pueden sorprender).
5) Enfurecimiento: cuando (¡al fin!) se hunde en p…barco, vamos, el Titanic, me quedo de piedra cuando veo que la susodicha que nos cuenta su gran historia de amor se queda como una lapa pegada a cacháncano de madera mientras el amor de su vida se muere de frío (y supongo que también de fliparlo en colores con la aurora boreal de fondo., claro, que muerte más idílica y estilosa, oye)
6) Sorpresa: esa fue cuando salí del cine (sí, lamentablemente, la sufrí en el cine, por cierto, bastante incómodo, por lo que el dolor de espalda fue minino) y la gente estaba encantada, pero la sorpresa se alargó más con toda la retáila de premios Óscar con la que fue galardonada…
Nota final: sí, el barco se hundió, pero me pregunto si esta misma película la hubieran filmado ahora, quizás hasta se atrevían a hacerlo atracar en NY…la magia del cine y el arte de la manipulación no tiene límites.
2) Tedio: sí, tedio infinito…Esas canciones, esos primeros planos, esa petardez infinita., esas poses manidas…pero ¿por qué alguien no le dijo que para lo que iba a contar con una horita veinte bastaba?
3) Empalagamiento: casi me hago diabética de la cantidad de pastelazo que ingerí por minuto, madre mía, pero vamos a ver…¿ésta no era la historia de la gente que iba en un barco llamada Titanic, que por cierto, se hunde?
(Durante intervalos de 10-15 minutos, pásese del punto 1 al 3, indefinidamente, hasta que llegue el momento de pasar al punto 4)
4) Incertidumbre: debía ser alrededor de las segunda hora (con una desviación típica de ± 15 minutos), cuando el barco (¡por fin!) empieza a tener problemas y QUIZÁS se pudiera hundir (y digo QUIZÁS porque debido al pastelazo hollywoodiense que se estaban marcando, albergué muchas dudas, en serio…eso y la magia del cine, ya se sabe…te pueden sorprender).
5) Enfurecimiento: cuando (¡al fin!) se hunde en p…barco, vamos, el Titanic, me quedo de piedra cuando veo que la susodicha que nos cuenta su gran historia de amor se queda como una lapa pegada a cacháncano de madera mientras el amor de su vida se muere de frío (y supongo que también de fliparlo en colores con la aurora boreal de fondo., claro, que muerte más idílica y estilosa, oye)
6) Sorpresa: esa fue cuando salí del cine (sí, lamentablemente, la sufrí en el cine, por cierto, bastante incómodo, por lo que el dolor de espalda fue minino) y la gente estaba encantada, pero la sorpresa se alargó más con toda la retáila de premios Óscar con la que fue galardonada…
Nota final: sí, el barco se hundió, pero me pregunto si esta misma película la hubieran filmado ahora, quizás hasta se atrevían a hacerlo atracar en NY…la magia del cine y el arte de la manipulación no tiene límites.