Comedieta sin gracia, insulsa, plana y bastante aburrida que gira en torno a una ejecutiva de Florida interpretada por Renée Zellweger, actriz más empalagosa que la tapioca del título y que se ha desnortado por completo desde "El diario de Bridget Jones": un claro ejemplo es esta película. La ejecutiva en cuestión debe pasar un tiempo en un pueblo de Minesotta, dirigiendo una empresa local antes de convertirse en vice-presidente de una multinacional. Sí, lo hemos visto en millares de películas, tener que irse a un odioso lugar en donde luego tiene una visión/enamoramiento (es el turno de un desubicado Harry Connick Jr.) que le hace cambiar de parecer.

No funciona nada (siempre desde mi modesta opinión). Zellweger se ha convertido en una caricatura de sí misma bajo esa ingente capa de botox y esa incansable tozudez de agarrarse al papel de patosa para provocar risas. Ya no le funciona. Habría que pensar si alguna vez le funcionó. No funciona tampoco la historia de la fábrica, que jamás llega a emocionar ni siquiera a importar un mínimo. El ejemplo el la arenga a los trabajadores que, desde una suerte de púlpito, regala la protagonista: sosa, sin sustancia.

Y, por último, la condenada tapioca. Celebrar de esa manera un intento de chiste inicial es lamentable. Y empalagoso.