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Voto de Sergio Berbel:
10
Romance. Comedia. Drama Fanny y Jean parecen el matrimonio ideal: ambos son profesionales consumados, viven en un precioso apartamento en un exclusivo barrio de París y parecen tan enamorados como cuando se conocieron. Pero cuando Fanny se cruza accidentalmente con Alain, un antiguo compañero de instituto, cae rendida a sus pies. Pronto vuelven a verse y se acercan cada vez más... (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sociedad terriblemente puritana, fundamentalista, injusta, asfixiante y políticamente correcta hasta la náusea nos ha llevado a pensar que “Golpe de suerte” quizás sea la última película de Woody Allen, con la que cierre una de las filmografías más importantes de la historia del cine y la que más ha influido en mi forma de ser y pensar. Y ese broche final es de oro, de puro y genuino oro, porque “Golpe de suerte” es un bellísimo canto del cisne, es una película de la que sales de la sala afirmando que has visto una obra maestra, que emparenta por temática y estilo directamente con “Delitos y faltas”, “El sueño de Cassandra” y, sobre todo, con “Match Point”, su mejor film.

Fundamentalmente porque esta joya compendia varios elementos que la convierten en automáticamente eterna: la mejor dirección de Woody Allen en mucho tiempo (sus planos secuencia son magistrales); un guión misántropo, descorazonador y terriblemente oscuro, uno de sus grandes dramas morales con los que me enamora (yo soy un “alleniano” extraño que adora sus tragedias por encima de sus comedias); una dirección de fotografía de Vittorio Storaro que pasa por una de las mejores que haya visto en muchos años (uno de los films estéticamente más bellos de Woody Allen); la temática propia de uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo (infidelidad, ambigüedad moral en las clases altas y el azar como motor de la existencia); y la actriz francesa Lou de Laáge porque ella es la película que se sostiene sobre su interpretación de principio a fin, resultando todo lo demás secundario:

1. La dirección de Woody Allen: hacía tiempo que el maestro norteamericano no había cuidado con tanto esmero el movimiento de la cámara y los encuadres. “Golpe de suerte” es una lección magistral de ello y contiene algunos planos secuencia maravillosos (con el que abre la cinta, sin ir más lejos). Allen, en la plenitud de un estilo que sale innato en cada plano suyo a borbotones, nos deja extasiados con cada escena de “Golpe de suerte”.

2. Un guión de ese Allen maestro en los dramas morales que entronca directamente con “Delitos y faltas”, “El sueño de Cassandra” y, sobre todo, con su gran obra maestra, “Match Point”. Cuando Allen abandona la comedia para abrazarse a las tragedias de aliento dramático me enloquece y “Golpe de suerte” es ejemplo paradigmático de ello. Toda la temática “alleniana” está presente, destacando el motor de su obra y su filosofía vital (y de la mía): puedes esforzarte mucho, puedes dejarte la vida en algo, puedes desearlo por encima de todas las cosas, que va dar igual, todo en la vida funciona a impulsos del azar más caótico. Mientras tanto, el carácter miserable de la burguesía, la infidelidad, la desilusión matrimonial y las crisis vitales de identidad campan a sus anchas en un guión portentoso.

3. La dupla Woody Allen-Vittorio Storaro nos están regalando algunas de las mejores direcciones de fotografía del cine contemporáneo. La luz de París es plastilina en las manos de Storaro que la inmortaliza con unos ocres y unas luces de atardecer que alcanzan el sueño del cinéfilo más exigente. Jamás había visto una película más otoñal porque jamás había sido fotografiado el otoño como lo logra Storaro en esta obra maestra. Muchos de sus planos deberían estar expuestos en un museo porque la belleza estética de esta cinta no tiene parangón.

4. Lou de Laáge, la actriz protagonista, a la que Woody Allen le regala un papel para que trascienda en la historia del cine como a Cate Blanchett en “Blue Jasmine”, Kate Winslet en “Wonder Wheel” y, sobre todo, Scarlett Johansson en “Match Point”. La actriz francesa aprovecha la oportunidad que le brinda Allen y devora todos y cada uno de los planos en los que aparece que, dicho sea de paso, se trata de prácticamente la totalidad del metraje de esta obra maestra.

5. El jazz sonando y los créditos más reconocibles de la historia del cine apareciendo en pantalla. Sólo por eso vale la pena ir al cine, porque Woody Allen ha creado una forma de ser y sentir propia hasta en los créditos. Por eso es un genio insuperable.
Sergio Berbel
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