Aunque no es tan mala como ‘La última legión’, tampoco me parece mucho mejor. A favor de ‘Centurión’ cuenta que Marshall tiene verdadero talento para las escenas de acción y violencia, y que los actores resultan más creíbles –no era difícil- en ésta que en aquella. Pero desde el punto de vista argumental, esta brutal aproximación a la frontera septentrional del Imperio Romano en tiempos de Adriano presenta un planteamiento bastante estúpido: una tribu de pictos capaz de aniquilar a toda una legión romana se muestra sorprendentemente torpe a la hora de perseguir a siete romanos en un terreno que desconocen y en el que los aborígenes se mueven como pez en el agua.

La película es una sucesión de amputaciones, decapitaciones y ensartamientos varios que han debido de suponer varios millones de sterlings en ketchup. Porque lo del asunto romántico y la cuestión histórica es un mero pretexto para escenificar un festival de sangre. Aunque en honor a la verdad hay que decir que su factura es impecable y que la escasa hora y media que dura se pasa en un pispás, a menos que sufras con la hemoglobina. No obstante, los minutos finales decaen bastante en intensidad, también por el cantoso desenlace.

Muy entretenida, pero flojita.