Enésima revisión del binomio compuesto por la bella y el bestia. Las mujeres piensan con la cabeza y los hombres con la punta del nabo. ¿Puede haber algo más tópico y anticuado que eso? Vaya si lo hay, y esta película es buena muestra de ello.

He de reconocer que, al menos, una frase me ha hecho sonreír, aunque ni siquiera recuerdo cuál ha sido. Una estrella extra por la frasecita. Butler parece que al principio puede sacar adelante su casi imposible personaje, pero entre la falta de guión y la escasez de talento, no queda muy por encima de Juanito Navarro. Y la Heigl, una actriz de series de televisión y películas de serie C –no me extraña-, tampoco anda muy afortunada a la hora de encarnar a la rubia-tipazo-cerebro-sensible en busca del hombre perfecto. El planteamiento es bastante cavernícola, y desde el segundo minuto ya sabes cómo va a acabar la cosa. Aquí no se puede contar el final, pero ya se lo puede uno imaginar. Todavía ando sacudiéndome las babas.

Esto no es ni guerra de sexos, ni crítica social, ni ataque a los medios, ni nada de nada. Más bien es un pulso entre dos idiotas con ganas de zumbar, de los cuales uno mea sentado y el otro de pie. Un mano a mano entre Jaime Ostos y Karmele Marchante tiene pero que muchísima más emoción, gracia y profundidad. Dónde va a parar.