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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
5
4,8
5.539
Animación. Comedia Mientras Bambi se dedica a pastar Godzilla ha desaparecido. ¿Qué pasará cuando se encuentren?. Popular producción independiente seleccionada en numerosas listas como uno de los mejores cortometrajes animados de la historia. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2011
27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como bien sostiene mi amigo Quim, “Bambi meets Godzilla” es el típico corto de animación que —lo quieras o no— debe verse con gafas de pasta. Y, si puede ser, de alta graduación.

Aún así, yo lo he visto con gafas de sol. Sí, sí, lo habéis leído bien: con gafas de sol. Quizás porque no me apetecía dejarme influir por todas esas referencias cinéfilas que mi colega apuntaba (Ozu y Dreyer fundamentalmente), quizás porque temía verme ofuscado ante un ejercicio cinematográfico tan deslumbrante o quizás porque, con toda franqueza, me preocupaba sentirme sobrepasado ante un desenlace (según me habían contado) tan y tan espeluznante.

Así pues, absolutamente libre de cualquier condicionante que pudiera injerir en mi propio criterio cinéfilo, debo decir con la boca bien ancha —ahora que ya he visto el corto— que siendo “Bambi meets Godzilla” compleja y abstrusa hasta la náusea, tampoco se libra de ciertos errores de bulto que no deberíamos obviar.

En primer lugar, el metraje: excesivamente largo para lo que Newland pretende contarnos. Algo que, sin lugar a dudas, influye negativamente en el espectador moderno, demasiado impaciente para un ritmo narrativo tan lánguido, moroso y abúlico. Y en segundo lugar, el clímax de la historia: excesivamente largo, también. Algo que, sin lugar a dudas, influye negativamente en el espectador moderno, demasiado acostumbrado a los golpes de efecto directos y fugaces.

Total, que lo más probable es que muy pocos espectadores aguanten hasta los títulos de crédito finales. Más de la mitad —en plan “El árbol de la vida”— probablemente abandonarán el visionado en la primera escena. La de Bambi pastando. Y, la otra mitad, en la terrorífica escena en la que irrumpe “Godzilla”. Una escena en la que el nivel de tensión dramática se prolonga hasta límites insospechados y en la que mucho estómago hay que tener para permanecer sentado soportando semejante aluvión de crueldad, sadismo y barbarie.

En definitiva, que la podéis ver como queráis: con gafas de pasta, con gafas de sol, con lentillas de colores o binoculares. Pero lo que está claro es que “Bambi meets Godzilla” no os dejará indiferentes. Si acabáis de verla, claro.

[A Quim Casals]
Taylor
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