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Voto de Taylor:
7
6,8
1.649
8 de febrero de 2009
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos sabemos que John Ford fue un genio. Uno de los mejores cineastas que ha dado el séptimo arte. Otra cosa muy distinta es que debamos mear bechamel sí o sí ante cualquiera de sus pelis.
“La patrulla perdida” es una de sus primeras obras conocidas. Una obra menor a todas luces que, pese a su avanzada edad, resulta ágil, entretenida y maravillosamente ingenua. Pero no es una obra maestra. El guión es simplón a más no poder y los personajes apenas llegan a ser una burda caricatura de lo que nos encontraremos en posteriores trabajos del maestro. Tan sólo salvaría de la quema a un soberbio Victor McLaglen, el disciplinado sargento, el único personaje que se salva del estereotipo.
Aún así, reitero lo dicho. La cinta es disfrutable al 100 % y anticipa subrepticiamente algunas de las constantes fordianas más significativas. El fascinante contraste entre las misteriosas e ilimitadas dunas del desierto mesopotámico y la claustrofóbica y asfixiante atmósfera que los soldados deben soportar en esa vieja mezquita constituyen, a mi parecer, el mejor reclamo de una peli tan cortita (70 minutos) como encantadora.
Recomiendo verla, eso sí, con ojos de niño. Solo así la disfrutareis plenamente. Bon apetit!
“La patrulla perdida” es una de sus primeras obras conocidas. Una obra menor a todas luces que, pese a su avanzada edad, resulta ágil, entretenida y maravillosamente ingenua. Pero no es una obra maestra. El guión es simplón a más no poder y los personajes apenas llegan a ser una burda caricatura de lo que nos encontraremos en posteriores trabajos del maestro. Tan sólo salvaría de la quema a un soberbio Victor McLaglen, el disciplinado sargento, el único personaje que se salva del estereotipo.
Aún así, reitero lo dicho. La cinta es disfrutable al 100 % y anticipa subrepticiamente algunas de las constantes fordianas más significativas. El fascinante contraste entre las misteriosas e ilimitadas dunas del desierto mesopotámico y la claustrofóbica y asfixiante atmósfera que los soldados deben soportar en esa vieja mezquita constituyen, a mi parecer, el mejor reclamo de una peli tan cortita (70 minutos) como encantadora.
Recomiendo verla, eso sí, con ojos de niño. Solo así la disfrutareis plenamente. Bon apetit!