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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Intriga. Thriller Una psicóloga y su ayudante intentan desacreditar a un vidente que ha recuperado el prestigio después de haber pasado treinta años sumido en el olvido; el problema consiste en que el cerebro casi siempre nos transmite una imagen distorsionada de la realidad. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Luces rojas” es un thriller ambientado en el mundo del ilusionismo, la magia y el mentalismo, lo que siempre suele asegurar grandes momentos para guionistas que sepan ver la oportunidad de crear tramas llenas de giros y efectismos, por una vez, justificados y para directores capaces de crear una atmósfera de misterio con la que envolverlas. Además, la temática pone a huevo el documentarse con trucos reales y reventar algunos de los números más conocidos (la caja de los sables, la azafata serrada por la mitad, el enano en la caja fuerte que acierta el Gordo de la Lotería…) que es algo que siempre tiene gancho aunque te lo cuenten cien veces.

Para un Rodrigo Cortés, un tanto encasillado en el intriga y el terror «de pasarlo mal», la película representaba una oportunidad de explorar la intriga y el suspense «de pasarlo bien», toda vez que su caché en USA le ha permitido hacer contactos y disponer de primeras figuras como Sigourney, De Niro o Murphy, de esas que, ya que te vas gastar una pasta en nóminas, conviene exprimir en papeles en los que no mueran a las primeras de cambio. Incluso la forma que tiene de desarrollar la atractiva premisa, con un ritmo conservador alejado de vorágines precedentes como “Buried” o “Concursante” pero suficiente para contar la historia con eficacia y generar intriga, logra despertar interés y captar la atención del espectador hasta el final.

De hecho, “Luces rojas” se pasa gran parte del metraje abriendo y cerrando puertas argumentales. Sin atreverse a jugar con historias en paralelo o tramas de varias dimensiones, Cortés nos conduce un rato hacia allí, se detiene, recula, vuelve al principio, vamos hacia allá, nada, empieza de nuevo… De modo que gran parte del suspense generado va más en la línea de entender hacia dónde se dirige la película que a resolver enigmas concretos. Así, de una forma bastante arriesgada, la película llega al desenlace con grandes posibilidades de hacer algo grande pero tan a punto de agotar la paciencia del espectador que se la juega todo a cara o cruz, a que el final haga que merezca la pena. A salir por la puerta grande o por la enfermería.

Quizá el conjunto no sea de salir por la enfermería, pero desde luego tampoco es de puerta grande. Después de tenernos deliberadamente a oscuras, cuando se encienden las luces y pone las cartas sobre la mesa, todo ha sido un gigantesco farol. Bueno, dos faroles. Cortés se pasa un poco de listo pensando que si a Shyamalan le va bien con un clímax final, con dos sorpresas la cosa tiene que petarlo. Y no. Una es decepcionante y la otra confusa, así que lo normal es salir con los pies fríos y la cabeza caliente. Curiosamente, termina siendo una película bien hecha, entretenida hasta cierto punto, de la que se recuerdan algunas escenas de cierto impacto, pero el final cae en el olvido.
OsitoF
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