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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Drama. Thriller Han pasado 20 años desde que Mark Renton abandonara Escocia, y la heroína. Ahora, Renton vuelve a su Edimburgo natal con el objetivo de rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de toda la vida: David "Spud" Murphy, y Simon "Sick Boy" Williamson; al mismo tiempo que Francis "Franco" Begbie sale de la prisión con sed de venganza.... Secuela de 'Trainspotting' (1996), basada en 'Porno', la siguiente novela de Irvine Welsh. (FILMAFFINITY) [+]
21 de noviembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas ya no engaño a nadie ni tengo que demostrar nada a nadie, por lo que no pasa nada si confieso que siempre he sido un poco viejoven: ya desde pequeñito noté que el mundo de la noche no era para mí y, si bien, nunca he dicho que no a salidas y quedadas diurnas, las discotecas y actividades pasada la cena me han dado siempre muchísima pereza. Y si prefiero quedarme en casa leyendo, viendo una serie o jugando a la Play antes que sentirme como pez fuera del agua en garitos ruidososos, se dice y no pasa nada. Es verdad que al principio me generaba un poco de inseguridad el sentirme distinto y buscaba toda clase de excusas y explicaciones, hace tiempo que lo llevo sin complejos y con total felicidad.

Por eso cuando, allá por el final de los noventa, oía a mis compañeros de facultad o residencia universitaria, hablar maravillas de “Trainspotting”, me parecía que una epidemia de mal gusto les había vuelto a todos gilipollas. Donde ellos veían un reflejo de sus aventuras y admiraban las correrías nocturnas de los protagonistas, yo veía a unos disfuncionales sin cerebro tirando su vida por el váter. De todos modos, aparte de viejoven siempre he sido también muy prudente y he procurado mantener un perfil bajo alejado de polémicas, por lo que en aquellos lejanos días no se me ocurría criticarla y sólo repondía con generalidades cuando alguien hacía un chascarrillo por decimoquinta vez sobre tal o cual escena mítica. Con el tiempo llegué a aceptarla como lo que probablemente es: una película de culto (tanto impacto en tanta gente no puede ser casual) a la que yo nunca entendería.

Igual que tampoco entiendo esta continuación. Es decir, esta vez sí logro entender y empatizar con lo que pasa en pantalla, con personajes veinte años más adultos recogiendo los frutos de lo que sembraron en su irresponsable juventud, lo que no entiendo es la intención de la obra. Después de dejar a sus protagonistas en el lado más alto y agradable del abismo, ¿por qué despeñarlos y pasearlos ahora mostrando sus miserias?. “T2: Trainspotting” parece subvencionada por una especie de Ministerio de Juventud o algo así para mostrar los efectos a largo plazo de las drogas o para ajustar cuentas con una producción que mitificaba su consumo.

Es algo parecido a la evolución de la gran familia de Alberto Closas, Amparo Soler Leal Pepe Isbert y sus trece hijos. De la ternura y pegajoso almíbar que desprendía el díptico “La gran familia” y “La familia y uno más” (ya se sabe «Chencho, Chencho, ¿Dónde está Chencho? ¿Ha visto usted a Chencho?») se pasó quince años después a la innecesaria e inexplicablemente ultrarrealista “La familia, bien, gracias” donde el patriarca y el tío son desahuciados (o algo así) y todos los hijos ponen excusas para no hacerse cargo de ellos, unos por egoísmo, otros por falta de recursos y otros, como Chencho, porque han montado un puticlub y los pobres señores no pintan nada en él. ¿De verdad era necesario poner a Chencho de proxeneta y mostrar las miserias de la familia ideal?

Tengo serias dudas de que “Trainspotting” fuese una película que admitiese una segunda parte sin cargarse el conjunto. Y es que, aunque Danny Boyle firma una gran ejecución, como siempre, “T2” se lleva por delante absolutamente toda la mística de su predecesora. Y total para nada, para contar (bien contada) una historia anodina imposible de vender.
OsitoF
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