Imagino que la mente de los jabatos que hayan aguantado hasta el final habrá unido inevitablemente los conceptos de ‘basura’, ‘puta basura’ y ‘basura infecta’ a esta película. Normal, porque “Sé quién me mató” es un truñaco calibre 45…

Intento ponerme en el lugar del director que la rodó, de los protagonistas que permiten que se vincule su nombre con esto, de los productores que pusieron el dinero, etc… y es que, de verdad, no lo entiendo. Si hace unos años leí que habían rechazado el guión de una película basada en una casa encantada cuyos espíritus poseían los anos de los desventurados que entraban en ella (desconozco si la posesión era física o astral, el artículo no lo concretaba) por considerarlo absurdo… ¿qué narices ha pasado para que esta patochada haya terminado por ver la luz?

Da la impresión de que, para compensar una historia delirante y uno de los peores conjuntos de actores de la historia, la película ha intentado hacer una cosa desconcertante en plan David Lynch, pero con una estética de Tony Scott y un guión creado a base de las escenas descartadas para “Saw VIII”. Y cuando digo ‘intentado’ me refiero a que es una mala imitación que sólo ha sido capaz de reproducir los peores defectos de la gente a la que intenta plagiar. Hace falta algo más que poner a dos personajes diciendo taradeces sin sentido para que tu película sea “Mullholland Drive” y algo más que un par de dedos cortados para que se aproxime a “Hosted”.

Y es que aunque la dirección, el montaje, el sonido, los efectos, etc… fuesen destacables (que no lo son, son una mierda sin paliativos), no podrían compensar una trama que empieza siendo aburrida, luego se vuelve absurda, tiene un golpe de efecto ridículo para terminar con un pufo final de los que no se olvidan. Todo ello animado con una fantástica banda sonora sacada de los organilleros de la calle Preciados.

Alejaos de ella si estimáis vuestras neuronas. Nivel de truño: no sé… supongo que cualquier adjetivo relacionado con basura mortal es apropiado. Sinceramente, no tengo ganas ni palabras. Aparece Lindsay Lohan con poca ropa y poniendo caritas de niña mala libidinosa y ni así merece la pena dedicarle cinco minutos.